COVID-19 Y SEGURIDAD

COVID19 Y SEGURIDAD 13 IMPACTO Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS POR LA PANDEMIA EN EL SECTOR DE LA SEGURIDAD Un efecto de la crisis digno de mención es el cambio en la percepción del personal de la empresa, en general, hacia Seguridad, derivado del liderazgo asumido por el depar- tamento en la gestión de la crisis, que le hace aparecer como la referencia y el apoyo en los graves momentos vividos. No se habla sólo del departamento de seguridad, sino también de los vigilantes de seguridad, que han pasado de ser figuras casi invisibles a referentes. El caso de PYCSECA pone de relieve, una vez más, la problemática de las empresas de seguridad. En este caso el departamento de sistemas adoptó cuantas medidas fueron pre- cisas para permitir que todos los puestos de trabajo cuya función lo permitiera pasaran a trabajar en remoto, lo que supuso que el 90% del personal de oficinas pasara a teletrabajo. Respecto a los operadores de las centrales de alarma, se establecieron previsiones para que se respaldaran mutuamente y se les pidió un confinamiento parcial de modo que, para evitar contagios, sólo salían del domicilio para acudir a la central. Cuando correspondía, se movilizaron vehículos para que el personal evitara el transporte público y se dispuso la toma de temperatura a la entrada al trabajo, de forma que, al aparecer síntomas de fiebre, fueran puestos en cuarentena. Uno de los problemas principales fue la escasez, cuando no carencia, de EPI,s y mas- carillas para el personal, técnicos y vigilantes, que debían continuar con su trabajo en la calle. En este punto, hay que llamar la atención sobre la profesionalidad del personal, que ha sabido cumplir con el deber que tenían asignado como servicio esencial y permanecer en sus puestos de trabajo sin la menor queja. Es indudable que este comportamiento en una plantilla engrandece a la empresa y dignifica la profesión. La sociedad debe reconocer, también, el esfuerzo de estos profesionales. 4. LECCIONES APRENDIDAS Ciertamente la crisis del SARS-CoV-2, junto a importantes y fatales consecuencias nega- tivas, ha ofrecido la oportunidad de poner a prueba nuestra arquitectura de seguridad. En efecto, nunca antes habíamos sido sometidos a una presión tan brutal ejercida en todas direcciones: al desastre de la pérdida de vidas humanas hay que sumar la brusca y masiva paralización de las actividades comerciales, industriales y de servicios, que exigió respues- tas urgentes para adaptarse a la contingencia y garantizar la continuidad de negocios y servicios. Como hemos visto en capítulos anteriores, la llegada de la crisis fue anticipada con des- igual fortuna por organizaciones y, en consecuencia, el impacto que provocó en las em- presas, especialmente en su seguridad, fue variado pero extraordinario en todo caso. Bajo este presupuesto, la suma de aciertos, errores y consecuencias para la continuidad de las actividades, abre un espacio a la reflexión para analizar mejores prácticas para la seguridad en la vuelta a la normalidad y con vistas a crisis venideras.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODM4MTc1