COVID-19 Y SEGURIDAD

COVID19 Y SEGURIDAD 23 IMPACTO Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS POR LA PANDEMIA EN EL SECTOR DE LA SEGURIDAD duo disponga de sus propios datos biométricos y que sea capaz de gestionarlos por sí mis- mo como medio para garantizar la privacidad. Comoquiera que cada vez son más los datos personales expuestos, hay que ser especialmente cuidadosos con su almacenamiento y uso. De ahí la necesidad de disponer de plataformas seguras. Otro de los aspectos que está llamado a experimentar un gran avance es el de la video- vigilancia , merced a la aparición de los drones como soporte de las cámaras con lo que se consigue una total libertad de movimientos. Su proliferación impulsará la mejora de las analíticas de video y, por tanto, su rendimiento. A este fin, fabricantes de drones y de cámaras deberán unir sus esfuerzos en el futuro. Por otra parte, hay que resaltar la con- tribución del video a la inteligencia , toda vez que las necesidades de información serán satisfechas por este medio en muchas ocasiones, lo que requerirá altas cotas de fiabilidad y garantías para una custodia segura. En esta misma línea se abre una gran oportunidad para la robótica , en tanto en cuanto sus soluciones pueden aplicarse a tareas repetitivas y monótonas, evitando riesgos deriva- dos de contagios o, simplemente, de pérdidas de atención, de forma que pueden sustituir a personal de seguridad en esas mismas funciones para dedicarlo a tareas más complejas en las que su especial formación aportará mayor valor añadido. Por lo que se refiere al del ejercicio de los derechos individuales y la seguridad frente a agresiones de cualquier tipo, hay que llamar la atención sobre otra pandemia de nuestros días, la de la desinformación , que amenaza con privarnos del derecho a recibir informa- ción veraz ante la proliferación de fuentes interesadas en transformar la realidad o, sim- plemente, ocultarla, y más aún cuando, por efecto de una crisis sanitaria y económica, la sociedad es más vulnerable. La Unión Europea ha acuñado el concepto jurídico de desin- formación y la define como la “ información que es falsa o engañosa y que se publica con la intención de sacar algún beneficio económico o con el objetivo de engañar a la población para sacar una ventaja ”. Es preciso fijar los límites de la libertad de expresión, que nunca debe amparar la falsedad . En el mundo digital todo circula a gran velocidad, todo es viral y la capacidad de multiplicar los mensajes hasta saturar los filtros intelectuales es infinita, haciendo fracasar cualquier intento de discernir la verdad de la posverdad, la información de la desinforma- ción. Se trabaja en dejar esta función en manos de algoritmos de inteligencia artificial, pero la solución parece lejana y, quizá también, poco fiable. La auténtica solución, aunque utópica, pudiera estar en fomentar el pensamiento crítico de los ciudadanos a través de la educación, pero, en todo caso, los poderes públicos deberán ajustar la regulación y el control para evitar que la población llegue a resultar esclavizada intelectualmente a través de la desinformación. Por último, existe un consenso general en torno a la aparición en un futuro próximo de una pandemia digital de consecuencias imprevisibles. WannaCry supuso un simulacro

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