COVID-19 Y SEGURIDAD
8 COVID19 Y SEGURIDAD IMPACTO Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS POR LA PANDEMIA EN EL SECTOR DE LA SEGURIDAD 1. LA LLEGADA DE LA CRISIS Los analistas discrepan sobre si nos encontramos ante un suceso de muy baja probabilidad y muy alto impacto (cisne negro) porque, en este caso, de ambas condiciones sólo se ha cumplido la segunda. Efectivamente, los efectos están siendo devastadores: a las decenas de miles de muertos en España (ni siquiera se conoce su número con exactitud), más de seiscientos mil en estos momentos a nivel mundial y 15 millones de personas afectadas, hay que sumar las consecuencias de la crisis económica derivada de la paralización del país. En cuanto a la probabilidad de ocurrencia, no estamos ante un suceso impensable, toda vez que las pandemias se contemplan como amenazas ciertamente posibles, incluso en nuestra Estrategia de Seguridad Nacional, y habíamos tenido ya alguna advertencia con los casos de gripe aviar (2006) y porcina (2009), además de la crisis del ébola (2014). La opacidad de las autoridades chinas dificultó el conocimiento de la gravedad del proble- ma, porque sólo cuando se vieron impotentes para controlar el brote dentro de sus fronteras hicieron la preceptiva notificación a la OMS. A su vez, este organismo no actuó con la debida diligencia y tardó un mes en declarar la Emergencia de Salud Pública y un mes más en elevar el riesgo mundial al nivel “Muy Alto”. Por su parte, el gobierno español no adoptó medidas preventivas hasta el 10 de marzo, fecha en la que se suspendieron los vuelos con Italia. En todo caso, desde los últimos días de enero, cobra fuerza en España la propagación de noticias alarmantes sobre la gravedad del brote y algunas empresas van poniendo a punto sus planes de contingencia, máxime cuando, tras las deserciones de algunas grandes em- presas, el 12 de febrero fue cancelado el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, que debía celebrarse entre el 24 y el 27 de febrero, pese a los millonarios costes de cancelación y a que el Ministerio de Sanidad insistía en que no había “ninguna razón de salud pública para adoptar medida alguna respecto a cualquier evento previsto en Barcelona, Cataluña o España”. A su vez, en el sector de la seguridad salta la alarma cuando, durante la celebración en Madrid de SICUR, el Salón Internacional de la Seguridad, del 25 al 28 de febrero, corrieron noticias sobre personal de algunas de las empresas participantes que habría resultado con- tagiado con ocasión de su estancia en Italia. De hecho, profesionales que tenían anunciada su visita a la Feria no pudieron hacerlo, por prohibición expresa de sus compañías o por verse involucrados en la activación urgente de sus planes de contingencia y continuidad de negocio. Desde luego, la suspensión del MWC de Barcelona, actuó como un detonante para activar la respuesta de las empresas. La de Telefónica en particular, especialmente involucrada en aquel evento, resulta especialmente significativa: tras participar en todo el proceso de decisión sobre la suspensión, orienta su acción en dos direcciones: continuidad del nego- cio y gestión de crisis, para activar inmediatamente un Comité Global de Crisis en el que se crean dos grupos de trabajo, uno relacionado con personas y otro con seguridad en la
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