Los ataques de individuos o grupos armados es una de las amenazas más complejas de combatir. Son una posibilidad que está ahí, para la que es necesario contar con profesionales de la seguridad bien preparados. Imaginen por caso un centro comercial, una tarde cualquiera, en el que cuatro individuos irrumpieran con armas largas y comenzasen a disparar contra cualquiera que se cruzara en su camino.
Sería fundamental contar con vigilantes de seguridad capacitados para ayudar a los usuarios a ponerse a salvo, practicar los primeros auxilios a los heridos y trasmitir la alerta urgente a los cuerpos policiales. Éstos últimos también deben conocer de antemano el posible escenario al que se van a enfrentar, acordonar el perímetro, negociar con los asaltantes si hubiera rehenes y, llegado el caso, intervenir para neutralizar a los asaltantes. Posteriormente, cuanto todo hubiera acabado en el interior del edifico, los equipos de emergencias tendrían que atender a los heridos. Para conseguir profesionales capaces de enfrentarse a situaciones como esta, resumida en pocas líneas, son necesarias horas de formación y entrenamiento para saber actuar de manera coordinada.
En ello consistió, a grandes rasgos, el simulacro que ensayaron decenas de profesionales de la seguridad durante la madrugada del 17 al 18 de enero en el Centro Comercial El Boulevard, en Vitoria. La práctica fue el colofón de una acción formativa teórico-práctica organizada por la empresa gestora del complejo de ocio, CBRE, con la colaboración de la consultora GrupoDC Solutions. El objetivo principal de esta iniciativa fue “implantar procesos y procedimientos adecuados con el fin de dotar a los equipos de gestión y seguridad de los conocimientos teóricos y prácticos básicos en materia de prevención, detección y gestión, para poder implantar mejoras en los planes de autoprotección, así como en la dirección especializada durante este tipo de incidentes”, explica Juan José Cantero, director de Seguridad de CBRE.
Los organizadores contaron con la participación de más de 500 figurantes para llevar a cabo el simulacro, así como con la presencia de más de un centenar de observadores de la Guardia Civil, Mossos d´Esquadra, Policía Foral, Cuerpo Nacional de Policía y seguridad privada. La Ertzaintza, por su parte, diseñó y lideró el escenario de acción de la práctica. Sus agentes elaboraron la estrategia para acceder al centro comercial tras el asalto, acorralar a los individuos armados, negociar con ellos para la liberación de rehenes y, finalmente, abatirlos. Los agentes especializados en explosivos de la policía vasca también ensayaron la desactivación de bombas en un ejercicio aparte.
“Estos ejercicios proporcionan la coordinación necesaria entre todas las partes implicadas en la gestión de la emergencia y el desarrollo del Plan de Autoprotección del centro comercial”, destaca Juan José Cantero.
Primeros intervinientes
Para CBRE y GrupoDC Solutions, el cometido principal de la formación teórico-práctica fue preparar a los vigilantes de seguridad del centro comercial para un escenario similar. Al fin y al cabo, este personal es el primero que tendrá que intervenir en cualquier tipo de incidente que se desarrolle allí donde trabaje. “El vigilante es el primer profesional con formación en seguridad que puede hacerse cargo de la gestión del incidente, lo que lo sitúa en una posición de ventaja: conoce el entorno en que se produce, las vías de evacuación, las alternativas a las salidas de emergencia, las zonas que pueden convertirse en seguras o de confinamiento, así como las técnicas de defensa y autoprotección”, desarrolla Cantero.
Desde el punto de vista del director de Seguridad de CBRE, la simulación de un incidente armado permite evaluar “los tiempos de respuesta a determinados ítems, como la identificación de posibles sospechosos, la notificación a sala de control del incidente, la notificación al 112, los mensajes de evacuación y la asistencia inicial a heridos. Posteriormente también relacionamos estas respuestas con los tiempos de reacción de los primeros intervinientes policiales y sanitarios para poder extraer conclusiones acerca de la coordinación entre la seguridad privada y la pública”.
La presencia de vigilantes tiene un inmenso valor para los cuerpos policiales que intervienen, puesto que aportan información provechosa sobre el terreno
Los vigilantes de seguridad que participaron en el simulacro pusieron en práctica los elementos aprendidos durante la formación teórica previa. “La parte de prevención y detección se centra en desarrollar las alertas situacional y temprana ante conductas potencialmente sospechosas, y en caso de producirse el incidente, en proporcionar una serie de elementos basados en el análisis casuístico de incidentes armados y modus operandi que proporcione a los equipos de seguridad privada herramientas útiles para sistematizar la información que han de proporcionar a los primeros intervinientes, como por ejemplo, el tipo de ataque, la clase de armas, la posibilidad de explosivos, etc.”, señala Cantero.
Durante el ejercicio, los vigilantes de seguridad del centro comercial intervinieron para ayudar a los usuarios a escapar, guiarles para encontrar vías de escape y buscar zonas de confinamiento, atender a los primeros heridos e informar al centro de control de la situación mediante un sistema de comunicación de crisis. La presencia de estos profesionales es también de un inmenso valor para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que intervienen en la operación, puesto que aportan una valiosa información de manera constante sobre el terreno. Por ejemplo, cuántos asaltantes participan, dónde están dentro de las instalaciones, cuántas personas se encuentran heridas o cuáles son las principales vías de acceso y salida.
El personal de seguridad privada que participó en el simulacro ensayaron el protocolo Run-Hide-Fight/Tell, es decir, “evacuar, confinarse o ponerse a cubierto, notificar la situación a servicios de emergencia y, en caso de extrema necesidad y riesgo para la propia vida, luchar”, explica David Crevillén, CEO de GrupoDC Solutions. “La peculiaridad es que los efectivos de seguridad privada tienen el deber de asistir en este tipo de situaciones de emergencia, son los responsables de los usuarios y trabajadores a su cargo hasta la llegada de los primeros intervinientes policiales y de emergencias, por lo que contar con un entrenamiento básico en este sentido es vital en el intervalo de respuesta o tiempo que media entre el inicio del incidente y la llegada de dichos primeros intervinientes”, destaca este profesional.
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