La Fundación Borredá surge con un objetivo muy claro desde el primer momento: canalizar todo el conocimiento del grupo editorial Borrmart, en particular el de su revista Seguritecnia, para orientarlo, por encima de intereses comerciales, a mejorar la situación del sector de la seguridad en todos sus ámbitos y contribuir a estrechar lazos con la Administración, tratando de aparecer como un referente que conoce los problemas desde todos los puntos de vista y propone soluciones en beneficio siempre del interés general.
Una cuestión básica para garantizar la calidad de su producción era asegurar la independencia intelectual del nuevo ente. Así, el Patronato está constituido únicamente por miembros de la familia Borredá, que dedica el proyecto a la mayor gloria de la memoria del fundador de la dinastía, D. Ramón Borredá, con la única excepción de Francisco Muñoz Usano, que une a su condición de prestigioso jurista experto en derecho de la seguridad, la de haber sido amigo de D. Ramón.
Otro aspecto que la Fundación quiso cuidar desde el primer momento, ha sido el de actuar siempre con el máximo rigor. En un mundo con tendencia a la superficialidad y más preocupado por los problemas propios que por los del colectivo, la única forma de ganarse el respeto de todos y la credibilidad, es unir el rigor y la seriedad a la independencia, de forma que el nombre de la Fundación quede asociado al del trabajo bien hecho, sin concesiones a otros intereses más que los del conjunto.
Obviamente, todo lo anterior debe sustentarse en una sólida posición intelectual, para que las acciones emprendidas gocen de una cierta pretensión de calidad. Afortunadamente, la Fundación supo desde el primer momento que cumpliendo las premisas anteriores podría contar con el apoyo de tanto talento como acumula el sector, donde extraordinarios profesionales, con visiones siempre elevadas y proyectadas al futuro, aportarían de buen grado su experiencia al proyecto.
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Y así ha sido. Uno de los grandes éxitos de la Fundación Borredá ha sido, y es, saber detectar y atraer a su proyecto a las figuras más prestigiosas, que unen su propia capacidad al conocimiento que la Fundación recibe de la larga experiencia de las publicaciones especializadas en seguridad de la Editorial Borrmart. La conjunción de este talento con las aportaciones del colectivo de “Amigos de la Fundación” y todo su entorno colaborativo, confieren al proyecto una solvencia extraordinaria a la hora de conocer y valorar los problemas del sector y proponer soluciones tan válidas como aceptables.
Pero aún hay otro pilar para aportar solidez al edificio de la Fundación: sus Socios Protectores. Una exquisita selección de empresas muy bien posicionadas en diferentes áreas del sector privado de la seguridad en España, constituye la garantía de una aportación, además de económica, de ideas, objetivos e iniciativas del máximo interés para un desarrollo armónico del proyecto. Este es un buen momento para rendir también un homenaje a esos empresarios que nos apoyan o han apoyado y que han valorado como un buen retorno para su inversión, no sólo el trabajo puntual de la Fundación, sino, también, su aportación en términos de imagen y credibilidad.
La Fundación dispone de un equipo permanente de colaboradores. Con la brillante y comprometida coordinación de César Álvarez, hay que sumar el trabajo incansable de Laura Borredá y Eva Martín, siempre atentas a facilitar el desarrollo de cualquier actividad y siempre con una sonrisa en los labios y una actitud constructiva para convertir en un placer cualquier mal momento.
Por fin, el último soporte, pero no el menos importante, de esta estructura lo constituye el Comité Asesor, órgano de apoyo llamado a filtrar las iniciativas en su fase de estudio y orientarlas en la mejor dirección para asegurar su oportunidad. Constituido por un reducido grupo de expertos que gozan de posiciones de privilegio para disponer de una visión global de la situación. Pero desde aquí, no quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a todos ellos su apoyo y dedicación, en particular a Fernando Sánchez, que, desde el CNPIC, supo encontrarle otro sentido a la seguridad y, muy especialmente, a nuestro añorado Esteban Gándara, cuya amistad y legado nos sigue acompañando.
Tribunas de opinión de la Fundación Borredá
- Francisco Muñoz Usano, patrono de la Fundación Borredá: El legado de Ramón Borredá.
- César Álvarez, coordinador de Proyectos de la Fundación Borredá: Los inicios.
- Miguel Merino, miembro del Comité Asesor de la Fundación Borredá: ¿Quién quiere ser «Amigo de la Fundación Borredá»?
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