Las catástrofes naturales o provocadas por el hombre con múltiples víctimas han estado siempre presentes en la historia de la humanidad y han tenido un claro impacto en ella. Existen numerosos ejemplos de grandes desastres, como el ocurrido en Pompeya (año 79), ciudad romana que quedó sepultada por la erupción del Vesubio junto a toda su población. O más recientemente, la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma (2021), las inundaciones en el centro de Europa (2021) o el rescate y asistencia de refugiados en las fronteras ucranianas por el conflicto con Rusia (2022).
A lo largo de los años, el ser humano ha logrado reducir la magnitud y las consecuencias negativas de este tipo de situaciones gracias a los enormes avances tecnológicos y científicos, a un mayor entendimiento de las causas que los originan y, lo que es más importante, a la creación de unidades de emergencias capaces de desplegarse rápidamente, socorrer y dar soporte sanitario a las víctimas y paliar posibles reacciones en cadena tras el incidente principal.
Además, los desastres no entienden de fronteras. Por ejemplo, un terremoto puede tener epicentro en una comunidad autónoma, pero sus consecuencias pueden impactar en otras comunidades e incluso países colindantes.
Equipos de emergencias
En este tipo de situaciones, cada dominio administrativo despliega sus equipos de emergencias (policía, bomberos, ambulancias…), requiriendo de una estrecha cooperación y coordinación en aquellas áreas fronterizas y limítrofes de ambas comunidades o países. La experiencia en este tipo de incidentes ha revelado que se producen problemas como insuficiencia de recursos (personal de rescate, de atención médica, instalaciones, etc.), averías significativas en los centros de salud locales (generalmente dañados o destruidos), mal funcionamiento de infraestructuras de comunicaciones o dificultad de desplegar recursos adicionales.
Asimismo, se ha detectado que existe una gran carencia en cuanto a estándares, protocolos e incluso nomenclatura común a la hora de interoperar con otros equipos de emergencia (nacionales o internacionales), lo que dificulta las labores de rescate y demora la atención a las víctimas.
Un claro ejemplo se produce en el proceso de triaje de urgencias y emergencias de los afectados, que se lleva a cabo in situ por el equipo de primeros auxilios; pero esta información no es compartida con el hospital de destino al que son transferidos, por lo que una vez llegados al centro sanitario se vuelve a repetir el proceso de triaje, lo cual demora su atención e incrementa las probabilidades de empeoramiento. Esta disparidad se ve agravada cuando la cooperación tiene que darse entre dos países diferentes, donde las diferencias lingüísticas dificultan aún más las comunicaciones.
Mejora de la coordinación
Sin embargo, estas brechas identificadas pueden ser reducidas en gran medida. En concreto, se puede minimizar el número de víctimas y la gravedad de las consecuencias en incidentes con múltiples víctimas, así como maximizar los esfuerzos y actuaciones de los equipos de emergencias. Este es el fin último al que aspiran proyectos como Valkyries, cofinanciado por la Unión Europea dentro del programa Horizonte 2020 (H2020).
Valkyries está orientado a detectar y analizar todos aquellos puntos de ruptura que dificultan o, en el peor de los casos, imposibilitan la coordinación de los diferentes equipos de emergencias en catástrofes transfronterizas. A nivel tecnológico, para hacer frente a estas situaciones y otras relacionadas, los diferentes equipos de emergencia de la Unión Europea se han apresurado a adoptar los últimos avances tecnológicos, como la digitalización, las redes de comunicación de nueva generación, los drones, etc., los cuales han dado lugar a nuevas oportunidades de mejora procedimental y colaborativa.
No obstante, dada la rápida proliferación de nuevas oportunidades tecnológicas, su implementación a menudo precede significativamente a su estandarización. Y ello lleva a problemas de integración con plataformas y tecnologías heredadas, diferencias en los lenguajes de programación y falta de interfaces que permitan comunicar distintas capacidades. Esto supuso una reducción de las oportunidades de colaboración transfronteriza y dificultó la definición y programación de líneas conjuntas de desarrollo industrial y de investigación capaces de aportar soluciones disruptivas comunes a los equipos de respuesta de la Unión Europea.
Proyecto Valkyries
El proyecto Valkyries está formado por un consorcio de 17 miembros de diferentes países de la Unión Europea (Bulgaria, Eslovaquia, España, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos y Portugal) bajo el liderazgo de la empresa española Indra.
Valkyries explorará nuevos procedimientos de armonización enfocados en impulsar la toma de decisiones basada en la estandarización y la preestandarización de aspectos legales, éticos y políticos en ambientes intersectoriales, multijerárquicos y transfronterizos. En base a esto, abordará el desarrollo de un modelo de referencia para la armonización lógica de las tecnologías y equipamientos (KARA), los procedimientos y operaciones (HERJA) y las oportunidades de colaboración y entrenamiento (EIR) de los sistemas médicos de emergencia (SME).
Este modelo de referencia se establecerá como un marco de armonización novedoso donde la toma de decisiones racional-comprensiva, así como el pensamiento divergente y a futuro, apoyarán la anticipación y la reacción frente a la incertidumbre inherente al amplio ecosistema de amenazas.
Después de un análisis en profundidad de las posibles necesidades de armonización relacionadas con técnicas, procedimientos y colaboración, el marco de armonización se aplicará en algunos de ellos para, más tarde, ser demostrado en una integración de referencia (SIGRUN) desplegada en cuatro escenarios de demostración.
Estos escenarios recrearán un incendio en la frontera entre España y Portugal, un vertido de tóxicos en el río Danubio que afecta a Eslovaquia y Austria, un terremoto entre Bulgaria y Grecia y un accidente naval que involucra a Noruega, Países Bajos y Dinamarca.
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