En pleno siglo XXI y en plena revolución tecnológica, donde la ciencia puede desarrollar vacunas en menos de un año, me causa preocupación el impacto que podría conllevar el desequilibrio, saturación o colapso de un servicio esencial o de una infraestructura crítica. Hoy más que nunca podemos entender cuán catastrófica puede resultar.
Resulta evidente la necesidad de planificar mejor y de dotar a estas instalaciones y servicios de regulación y normas que aborden la necesidad de garantizar la continuidad del servicio. Así como impedir que cualquier contratiempo se proyecte sobre otra infraestructura o servicio crítico o esencial.
Requisito mínimo
La legislación en materia de protección contra incendios y las normas asociadas están orientadas a la exigencia básica de salvaguardar la vida de las personas. A mi entender, esta exigencia debe ser un requisito mínimo inexcusable para la aplicación general. Sin embargo, en el caso de infraestructuras críticas y/o servicios esenciales, la exigencia debe ser mucho mayor puesto que, de forma inexcusable, ha de garantizarse la continuidad de la actividad adoptando sistemas que permitan una identificación muy rápida de cualquier incidencia, faciliten el uso y ofrezcan amplias alternativas de conectividad.
Sin ninguna duda, es preciso que la regulación y las normas asociadas evolucionen para contemplar los requisitos necesarios para proteger la propiedad y la continuidad de la actividad.
El uso de sistemas de detección y alarma de incendios que faciliten varios niveles de preaviso permitirá al personal tener la oportunidad de investigar e intervenir con gran prontitud mucho antes de que se inicien los procesos de control y extinción. El objeto es evitar los daños que estos pudieran causar. En este sentido, el uso de equipos de detección por aspiración con múltiples niveles de alerta permite crear un plan de acción más efectivo, evitando que el fuego se desarrolle.
Así, un equipo que provea hasta cinco señales de alerta permitiría, en su primer nivel, verificar y controlar de forma manual. En un segundo nivel, autorizar el apagado manual de la ventilación o la llamada al equipo de emergencia. En el tercero, el sistema puede provocar el apagado automático de la ventilación o la evacuación del área afectada. Y con los dos siguientes se pueden encadenar procesos de extinción, alarma y evacuación general.
Identificación
La utilización de sistemas de gestión visual de la incidencia facilitará su identificación rápida y el nivel de la emergencia. Además, es de gran utilidad disponer de sistemas de control intuitivos. Aunque aquí quiero recordar que no todas las personas que tienen acceso a ellos son entendidos en la materia que permiten valorar de forma rápida el estado del plan de protección y realizar acciones directas sobre las maniobras asociadas.
Es impensable para este tipo de instalaciones el uso de sistemas convencionales. Solo son aptos sistemas analógico-direccionables que aporten precisión en la localización del incidente e información de valor para los usuarios, el responsable de seguridad de la infraestructura y los servicios de emergencia.
La legislación en protección contra incendios y las normas asociadas están orientadas a la exigencia básica de salvaguardar la vida de las personas
Pero la arquitectura de los sistemas de detección en este tipo o de infraestructuras puede ser complicada. Es más, encuentra su talón de Aquiles en la estrategia empleada para notificar gran densidad de datos, especialmente en caso de emergencia. Es vital acertar con un sistema robusto que notifique en muy pocos segundos cualquier incidencia y el cumplimiento de los planes de acción configurados.
A medida que la arquitectura se hace más compleja, es más necesario incorporar métodos de control de maniobras más sofisticados donde es imprescindible disponer de un elevado número de interacciones y condiciones de funcionamiento. Estas pueden verse afectadas por el tipo de iniciador de la alerta, por la condición que este adopte, por las condiciones previas, por las condiciones ambientales, por los planes de explotación y turnos, por el plan de evacuación o por cualquier otro factor.
Vesta
En este sentido, Vesta es un sistema de detección y alarma analógico con las características de configuración y funcionalidad más avanzadas del mercado. Esta central analógica está diseñada para funcionar con toda la gama de dispositivos analógicos de Detnov. Su concepción modular permite al usuario disponer de un sistema extremadamente potente y completamente flexible. Soporta centrales hasta 32 lazos y la red puede estar constituida por hasta 64 nodos. Vesta ofrece una escalabilidad difícil de encontrar, pudiendo gestionar un total de 512.000 dispositivos.
Es posible representar una detallada jerarquía gráfica sobre la propia central de incendios que permite presentar no solo la ubicación geográfica precisa, sino también los niveles de alerta alcanzados y reconocer de forma gráfica la cadena de acciones preestablecidas en las reglas de maniobras. Estas se reconocen como relés virtuales que, a su vez, son posible accionar como funciones de botón dentro del tablero de control. De hecho, la central puede gestionar hasta 1.000 relés virtuales.
La versatilidad de Vesta viene dada por un procesador de última generación. Con todo ello podemos cubrir las necesidades de las infraestructuras más complejas.
Vesta posibilita crear paneles de control y mando para la supervisión y gestión de la emergencia de los diferentes sistemas de protección de incendios de la instalación
Vesta sectoriza las áreas hasta en tres niveles, 250 áreas, 2.000 zonas y/o 1.000 grupos de acción. Es posible crear hasta 100.000 acciones o eventos de maniobra y 2.500 modos especiales. La configuración de modos especiales permite elaborar planes específicos por horas, días o meses.
Con las diferentes tarjetas de comunicación, hacemos de Vesta un sistema totalmente integrable en centrales receptoras de alarma, building management systems u otras necesidades del cliente.
Vesta dispone de una pantalla TFT Color de 10 pulgadas de alta resolución (1024 por 600 píxeles). Con una interfaz fácil con mensajes intuitivos y una gestión gráfica de planos y mapas interactivos, permite localizar en pocos segundos dónde se ha generado la alarma de incendios. Así se puede gestionar la incidencia en un tiempo menor que con las pantallas estándares del mercado.
También posibilita crear paneles de control y mando para la supervisión y gestión de la emergencia de los diferentes sistemas de protección de incendios de la instalación.
Los responsables de mantenimiento tienen ante sí la central que les va a permitir actuar sobre la instalación en un solo golpe de vista: detectores sucios, elementos deshabilitados o cualquier incidencia que tengan los dispositivos, reduciendo el tiempo en cada uno de los servicios de mantenimiento contratos.