Si algo ha puesto de relieve la pandemia que estamos sufriendo y el estado de alarma al que nos vimos abocados en la primera mitad de este año, es que hay más infraestructuras, servicios y empresas que podemos definir como esenciales o críticas de las que inicialmente teníamos catalogadas como infraestructuras críticas. Es decir, nuestra sociedad y estilo de vida dependen de que funcionen de manera simultánea y armónica un número diverso de servicios públicos y privados, evitando que se produzcan caídas en cadena colaterales a nivel local, regional e incluso en países fronterizos, provocando situaciones reales de emergencia vital para las personas.
Cuando hablamos de infraestructuras críticas, a todos nos vienen a la cabeza las siguientes: instalaciones de producción y distribución de electricidad, agua, gas, combustibles, etc.; sistemas de telecomunicación, operadoras, medios de comunicación, radio, TV, etc.; medios de transporte de mercancías y pasajeros, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, etc.; y agencias y servicios gubernamentales, defensa, seguridad pública, emergencias, judicatura, sistema penitenciario, educación, sanidad…
Sin embargo, a estas podemos sumar otras aparentemente no tan críticas, pero imprescindibles como las primeras para mantener nuestro estado de bienestar. Algunos ejemplos son la cadena de producción y distribución de alimentos, medicamentos y otros productos manufacturados de primera necesidad; la banca y medios de pago; o la gestión de los residuos sólidos urbanos.
La pandemia también nos ha enseñado que, si bien podíamos tener identificados ciertos riesgos como ataques terroristas, ciberataques o ciberespionaje, una crisis sanitaria como la actual (que en principio era poco más que una gripe) hace que los pilares de nuestro estado del bienestar se tambaleen y nuestro PIB se reduzca previsiblemente este año entorno a un 12 por ciento. Todo ello de golpe, sin un sistema de alerta temprana que nos hubiese permitido prepararnos, dado que no existía un histórico a la situación actual ni un modelo del que partir.
Si bien una gran parte de la responsabilidad de todos estos aspectos relacionados con la Seguridad con mayúsculas recae en las administraciones públicas, como garantes de la seguridad nacional e individual. Estas ejercen esa responsabilidad bien implantando medidas y mejoras tecnológicas en sus áreas de competencia o bien en su papel de legislador y regulador para que dichas medidas se desplieguen también en la actividad privada. Al respecto, desde el ámbito de las tecnologías de la información y de la comunicación podemos afirmar que en este momento la inversión en soluciones de tecnologías avanzadas es clave para la consolidación de barreras de contención ante las nuevas amenazas y vulnerabilidades.
En la fase post-covid, será preciso hacer las cosas de forma diferente. A las amenazas clásicas habrá que sumar los aprendizajes de esta emergencia sanitara en la que, por ejemplo, las nuevas tecnologías de comunicación móviles inalámbricas de tipo individual para personal de emergencias y de seguridad (como son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías autonómicas, policías locales, policías portuarias, vigilancia aduanera y seguridad privada), son determinantes para la seguridad de los bienes y las personas. Además, aportan funcionalidades avanzadas que ayudan a resolver la prestación de su servicio en el contexto de las infraestructuras críticas.
Comunicaciones unificadas
En este momento existe un abanico de soluciones de tecnologías de comunicaciones móviles inalámbricas, algunas ya implantadas y consolidadas y otras de reciente factura, que se denomina “comunicaciones unificadas”. Al operar de manera conjunta, aportan innovación y una serie de nuevas prestaciones y funcionalidades que, en el ámbito de la Seguridad Pública y Privada, son de sumo interés para desplegar en entornos de misión crítica.
Dichas soluciones tecnológicas a las que nos referimos son las siguientes:
- Redes de radiocomunicaciones en grupo cerrado DMR Tier II y III.
- Redes LTE, público y privado.
- Soluciones PoC (PTT over Celular) interoperando con redes DMR.
Redes de Radiocomunicaciones en grupo cerrado DMR Tier II y III:
Basadas en el estándar de radio digital para voz y datos DMR, esta tecnología permite construir redes avanzadas de misión crítica de tipo convencional (Tier II) o Troncalizado (Tier III). Las redes de radio digitales DMR permiten cursar diferentes tipos de tráfico de voz y datos como son llamadas individuales, de grupo, prioritarias oc de emergencia. También cursar datos como son el envío de mensajes cortos, status, posicionamiento GPS, alertas de hombre caído y trabajador solitario. E igualmente permite la interconexión mediante bluetooth con diferentes accesorios de audio y con sensores biométricos para la monitorización del usuario del terminal de radio. Todo ello con una tecnología digital que permite autenticar y encriptar su tráfico para así poder operar en escenarios de misión crítica.
Redes LTE, público y privado:
Las redes LTE (4G ahora, 5G a corto plazo) son en la actualidad redes exclusivas de operador, pero los reguladores europeos ya están previendo a corto plazo la disponibilidad de espectro radioeléctrico para que las administraciones públicas y las utilities e industria en general opten por disponer de frecuencias propias para desplegar redes privadas de esta tecnología.
Con esta tecnología se podrán implantar redes de usuarios en grupo cerrado estos portarán dispositivos móviles específicos o compatibles (tipo teléfonos inteligentes) tabletas, CPE embarcados o hotspots móviles para transmitir voz de tipo PoC (PTT over Celular) datos y video, todo ello de forma instantánea, segura y de calidad.
El personal de seguridad podrá enviar y recibir información en tiempo real y ser los primeros en responder y compartir información e imágenes instantáneamente para transmitir la información de posibles emergencias. Así es posible tomar decisiones eficientes y en tiempo real ante cualquier incidencia, todo ello de forma interoperable con las redes móviles de tecnología DMR anteriormente mencionada.
Soluciones PoC (PTT over Celular):
El nexo de unión entre las redes de radio móvil tipo DMR y las redes de LTE (de operador o privado) es la tecnología PTT denominada PoC (Push to talk over Celular) en su versión de uso comercial y MCx-PoC en su visión de misión crítica.
Esta tecnología posibilita establecer redes de voz y datos en grupo cerrado operando bajo redes LTE (5G a corto plazo), también redes WiFi y además interoperar con redes de radio móvil de tecnología DMR. De esta manera, en un mismo ecosistema de red de radiocomunicaciones móviles existen usuarios con terminales clásicos de DMR y usuarios con terminales celulares. Estos últimos pueden ser desde simples teléfonos comerciales tipo Smartphone mediante una APP o terminales específicos rugerizados para aplicaciones de misión crítica.
Esta prestación permite ampliar el servicio de la red DMR fuera de su cobertura natural de la red de radio, haciendo posible que en la red coexistan terminales tradicionales de radio móvil y usuarios equipos con smartphone sin diferencia alguna en su operativa básica.
Sistelec Telecomunicaciones, como ingeniería especializada en tecnologías específicas para el sector de la seguridad y las aplicaciones de misión crítica, dispone de soluciones avanzadas e integradas aplicables a los sectores que operan en entornos de infraestructuras críticas. Podemos ayudar a definir la mejor solución para su operativa y desarrollar un proyecto constructivo para su implantación, explotación, operación y mantenimiento.
