En el marco general que establece las líneas generales del Ministerio del Interior, se determina que España tiene como principal reto continuar construyendo el concepto de «seguridad humana». Este planteamiento conceptual pretende dar respuesta tanto a las amenazas tradicionales asociadas al terrorismo, la delincuencia organizada y la seguridad nacional como a los nuevos retos vinculados a fenómenos cambiantes y transversales derivados del cambio climático, determinadas formas de odio y dominación o de la digitalización. Todo ello conforma el denominado «Modelo de Seguridad 2030«.
Dicho modelo entiende que la seguridad es un bien público que, manteniendo la capacidad de reacción de nuestro modelo actual, aspira a ser cada vez más preventivo, anticipando y preparando una respuesta adecuada a esos nuevos retos que, además, tiene en la cooperación un principio fundamental de actuación.
Colaboración en seguridad
En este sentido, una de las ideas claves que inspiraron la redacción de la Ley de Seguridad Privada de 2014 fue la coordinación y la colaboración entre los servicios de seguridad privada y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con el objetivo de mejorar la seguridad pública mediante el intercambio de información con todas las garantías legales y la decidida apuesta por establecer órganos de encuentro proactivos.
La forma en la que los agentes privados contribuyen a la minoración de posibles riesgos asociados a su actividad industrial o mercantil, obtienen seguridad adicional más allá de la que provee la seguridad pública o satisfacen sus necesidades de información profesional con la investigación de asuntos de su legítimo interés configuran al sector como un elemento de especial relevancia en el ámbito de la anticipación y prevención frente a posibles riesgos, peligros o delitos.
Es por ello que la seguridad privada se considera una parte indispensable del conjunto de medidas destinadas a la protección de la sociedad y a la defensa de los derechos y legítimos intereses de los ciudadanos, aprovechando e integrando funcionalmente todo su potencial informativo, de recursos humanos y de medios materiales. Y se convierte, junto con el conjunto de las Administraciones Publicas y la propia ciudadanía, en un actor principal de las políticas globales y nacionales de seguridad.
Este protagonismo se pone de manifiesto en cada una de las estrategias nacionales publicadas durante 2019: contra el Crimen Organizado y la Delincuencia Grave, contra el Terrorismo, de Ciberseguridad y de Protección Civil. En ellas se realizan continuas referencias al establecimiento de canales de comunicación, relación e información entre el sector público y el privado, así como al favorecimiento de acciones de formación continua que impulsen las preceptivas sinergias y suma de esfuerzos.
Para la consecución de dichos objetivos, desde la Comisaría General de Seguridad Ciudadana promoveremos con los diversos agentes del sector, y especialmente con las empresas de seguridad privada y los departamentos de seguridad, todos los mecanismos de coordinación operativa necesarios. Y también implementaremos nuevas metodologías en los sistemas de planificación, coordinación, seguimiento y formación.
Igualmente, pretendemos fomentar la búsqueda de sinergias con los distintos actores implicados en la seguridad privada, con el fin de intensificar la actuación conjunta y la coordinación con el sector ante los nuevos fenómenos y tipologías delictivas, así como frente a todas aquellas actividades que pretendan alterar la seguridad pública.
A lo largo de estos últimos 40 años, Seguritecnia ha contribuido, de manera destacada, a que la consideración de la seguridad privada como una actividad con entidad propia, pero a la vez parte integrante de la seguridad pública, sea hoy un hecho evidente.
Enhorabuena y felicidades en vuestro aniversario.