Su nombramiento como director adjunto operativo de la Guardia Civil, hace dos años, coincidió con el comienzo de la pandemia. ¿Cómo ha impactado esta situación en la seguridad de la sociedad española?
Cuando hablamos de seguridad, debemos considerar el nuevo concepto de «seguridad humana», en el que, junto a las vertientes tradicionales de la seguridad pública y la defensa, se integran otras perspectivas como son la seguridad alimentaria, la económica o la vial, e incluso se relacionan otras materias como la salud o la protección civil.
En el marco de esta nueva visión de la seguridad, se cuenta con la inestimable aportación del conjunto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la vigilancia de las medidas limitativas de la movilidad y el contacto social establecidas para responder a la pandemia del COVID-19, así como las actuaciones de apoyo a colectivos y espacios vulnerables, donde el apoyo de las Fuerzas Armadas ha sido muy relevante.
Esta vigilancia y supervisión ha requerido de un importante esfuerzo por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en general, y de la Guardia Civil en particular por la amplitud de su ámbito territorial de responsabilidad y sus competencias en materia de tráfico o vigilancia de fronteras.
Por otra parte, el impacto de estas medidas, junto con la reducción de la actividad económica y comercial, ha derivado lógicamente en una menor criminalidad, salvo lo relativo a la cibercriminalidad, donde el efecto ha sido el opuesto.
La Guardia Civil ha incluido las pandemias en su Plan Estratégico para el periodo 2021-2024. ¿Cuáles son las otras grandes líneas de acción que se ha propuesto el Cuerpo para este periodo y cuáles son los principales ejes de actuación?
La Guardia Civil alinea su planeamiento estratégico para dar cumplimiento, en el marco de sus competencias legalmente asignadas, por un lado, a la política de seguridad de Gobierno, establecida por el Ministerio del Interior en lo que ha venido en denominar «Modelo de Seguridad 2030», y, por otro, al resto de estrategias de seguridad nacionales, en la parte que le incumbe.
Con estos pilares, el Plan Estratégico de la Guardia Civil 2021-2024 articula la aportación del Cuerpo a la seguridad nacional mediante 12 líneas de actuación prioritarias, nueve de ellas en el marco de la seguridad pública, otra dedicada a la aportación del Cuerpo a la defensa nacional en el cumplimiento de sus misiones militares, otra para impulsar la acción y la cooperación internacional y otra, de carácter transversal, en la que se apuesta por la modernización, la generación de valor público y la respuesta frente al reto demográfico.
Las líneas que afectan directamente a la seguridad pública –las más numerosas como es propio de una fuerza de seguridad del Estado– están enfocadas a la vigilancia de fronteras, el resguardo fiscal y el control de los flujos migratorios irregulares; a la seguridad vial; a la protección del medioambiente y frente a pandemias y epidemias; al control integral de las armas, los explosivos y sus precursores; a la lucha contra el terrorismo y la radicalización violenta; a la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia grave; a la mejora de la ciberseguridad y respuesta frente a la cibercriminalidad; y a la seguridad en las infraestructuras y transportes.
“España está apostando por un modelo de seguridad nacional que permite integrar las diferentes vertientes de la seguridad”
Ante un mapa de riesgos y amenazas como el que existe actualmente para la sociedad española, ¿cuáles deben ser los pilares del modelo de seguridad de nuestro país para poder afrontar tal variedad de desafíos?
España está apostando por un modelo de seguridad nacional que permite integrar las diferentes vertientes o perspectivas de la seguridad, conjugando las aportaciones en el marco de la seguridad pública, de la defensa nacional, de la acción exterior y, con carácter general, del resto de ámbitos, a través de la colaboración de todos los departamentos ministeriales en el marco de sus competencias.
Este modelo no solo integra la respuesta de la Administración Central a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policía Nacional) y las Fuerzas Armadas, sino también la valiosa aportación autonómica mediante sus cuerpos de policía, agentes medioambientales y otros actores en aspectos específicos de la seguridad; e incluso del ámbito municipal, apostando por incorporar a sus policías locales.
Tal y como señala la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada el pasado diciembre, los pilares para afrontar los nuevos entornos de seguridad, caracterizados por su incertidumbre y volatilidad, deben orientarse a que España se dote de un sistema de gestión de crisis basado en una alerta temprana que nos permita adelantarnos a las amenazas y riesgos, así como agilizar e integrar la respuesta de país mediante la identificación de las capacidades específicas a nivel nacional que sean más adecuadas para enfrentarlas y la mejora permanente de la coordinación.
En este sentido, España se está dotando de un sistema de seguridad nacional puntero, que puede ser la llave para impulsar estos vectores de respuesta. En este marco, la Guardia Civil es un participante muy activo, tal y como puede analizarse en los Informes Anuales de Seguridad Nacional que se publican.
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