Grupo Avanza gestiona la Estación Sur de Autobuses de Madrid, pero también otras muchas infraestructuras. ¿Cuáles son las principales características y objetivos de su política de seguridad?
La Dirección de Seguridad de la estación forma parte de la División de Infraestructuras y Movilidad del Grupo Avanza by Mobility Ado, que está dirigida por Sergio González Bravo. De aquí parte nuestra Política de Seguridad Integral, un documento crítico y fundamental donde establecemos y comunicamos de forma oficial las directrices a seguir en la organización para gestionar la seguridad, cumplir los requerimientos regulatorios y de los clientes y, muy especialmente, proteger aquellas infraestructuras designadas como críticas, así como mitigar los posibles incidentes de carácter deliberado que puedan producirse sobre dichas infraestructuras.
Para nosotros es esencial difundir e impulsar el conocimiento y el cumplimiento de la Política de Seguridad Integral, además de dotarnos de cuantos medios humanos, materiales, tecnológicos y presupuestarios devengan necesarios para su ejecución.
Debemos integrar los riesgos de manera global y generar una cultura de seguridad adecuada para afrontar con más capacidad los imprevistos. Es imprescindible formar a los equipos y generar esa cultura, pues gestionamos cientos de estaciones y todas ellas tienen unas características enfrentadas, no hay una igual que otra.
La Estación Sur de Autobuses de Madrid es una infraestructura esencial para la ciudad. ¿Dónde están las mayores dificultades de proteger una instalación de transporte como esta?
No advertimos los retos como dificultades, sino que identificamos y analizamos los servicios esenciales y las interdependencias con otros actores, ya sean públicos o privados. Haría hincapié en las nuevas amenazas provenientes de los extremismos ilícitos, las ciberamenazas y la desinformación. Tratamos de adaptarnos a cada una de las casuísticas a las que nos enfrentamos para dimensionar los recursos que destinamos a estas acciones.
A nivel físico, nos gustaría disponer de una normativa específica en los controles de pasajeros, al igual que la Ley 21/2003, que regula los aspectos de seguridad aérea. Una directiva similar en transporte por carretera generaría menores incidencias.
¿Qué medidas de seguridad han implementado en los últimos años para reforzar la seguridad?
Estamos transformándonos en una Smart Station. Comparamos patrones y detectamos tendencias, de manera que conseguimos mayor celeridad en las investigaciones. Además, podemos prevenir y evaluar un riesgo con la videosinopsis, realizando búsquedas simultáneas y clasificando las mismas.
Asimismo, convertimos las señales en datos procesables, monitorizamos los sistemas de la estación desde nuestro centro de control anticipándonos a los posibles fallos para actuar de forma planificada. Disponemos de analítica de vídeo en el 80 por ciento de nuestros elementos, a la vez que confiamos en la analítica embebida y en resoluciones Mpx.
La seguridad y la toma de decisiones basada en datos nos permite responder de inmediato a los cambios críticos.
Estamos valorando incluir sistemas de termografía para la detección precoz de incendios y complementar la detección de personas, reforzando el videoanálisis que ya tenemos. Trabajar con fabricantes robustos y hacerlos partners de la organización nos ayuda a mejorar la experiencia del usuario.
El hecho de ser una infraestructura tan importante ¿hasta qué punto añade complejidad a la gestión de la seguridad, no solo en relación con las amenazas sino también con la normativa o la relación con las FCSE?
Para dar un poco de luz, hay que destacar que por nuestras instalaciones transitan más de 20 millones de personas al año. Somos la primera infraestructura de transporte por carretera de largo recorrido de todo Europa.
Es por ello que, dentro de la propia estación, contamos con unas dependencias policiales de la Brigada Móvil, y la cohesión de ambas partes es fundamental. Asimismo, mantenemos un trato constante con el CNPIC [Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas] y la Secretaría de Estado de Seguridad, lo que también genera sinergias.
La casuística a la que nos enfrentamos nos induce a trabajar prácticamente con todas las unidades policiales, cada una de ellas especializada en aspectos muy concretos. La relación con la Guardia Civil, la Policía Nacional o el Centro Nacional de Inteligencia es excelente en cualquiera de sus ámbitos. Intentamos que se sientan en su casa y la confianza entre partes es mutua; nuestros objetivos para la prevención de la seguridad ciudadana van en consonancia con los planes de prevención del Ministerio de Interior.
Por otro lado, dar cumplimiento a los preceptos legales que afectan a nuestra compañía evita riesgos y sanciones; por eso trabajamos para garantizar la seguridad de nuestros clientes, internos y externos. Somos conocedores de que el grado de satisfacción aumenta a medida que mejoramos la sensación de seguridad.
Aunque a menudo el concepto de cumplimiento normativo ha sido sinónimo de compliance, considero que hablamos de algo más amplio. Debemos entender este concepto como el cumplimiento de códigos de conducta, reglamentos o códigos deontológicos en general.
La gestión del cumplimiento evita riesgos normativos, reputacionales y hacia nuestros usuarios. De lo contrario, la continuidad y estabilidad de la actividad de nuestra organización estaría en grave peligro. Esto se torna especialmente importante en sectores tan regulados como este.
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