El PEVOLCA es el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias, del Gobierno de Canarias, único plan de esas características en España. De su gestión se encarga la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias. Estuvo muy activo durante la erupción marina en la isla de El Hierro 2011. Esta pequeña isla cuenta con más de 500 conos a cielo abierto y otros 300 cubiertos por coladas, es un paraíso mundial para turismo científico y lúdico sobre volcanología, al igual que el resto de las Islas Canarias.
Dicho Plan, utiliza un semáforo volcánico para emitir avisos a la población basado en cuatro niveles en función del riesgo: verde, amarillo, naranja y rojo. El semáforo amarillo es informativo y prepara las medidas de autoprotección y seguridad ante la necesidad de evacuación (semáforo naranja). Hay que concretar un punto de encuentro para asegurarse de que nadie se ha quedado en zona de exclusión.
El16 de septiembre de 2021, la actividad sísmica había aumentado y la profundidad había disminuido. Esto supuso activar el semáforo amarillo, teniendo cada persona una bolsa con material mínimo: teléfono móvil, cargador, medicamentos, documentos de especial interés, etcétera, ante la posibilidad de orden de evacuación. Ese día, se detectaron 2.935 terremotos, un enjambre sísmico. La erupción parecía inminente, sin fecha definida, sin ubicación exacta, aunque sí estimada, y de magnitud incalculable.
A las 14:10 hora del 19 de septiembre de 2021, se produjo una erupción en la zona de Cumbre Vieja, municipio de El Paso. El PEVOLCA activó el semáforo rojo, alerta máxima, y se procedió a la evacuación urgente y despliegue de los operativos previstos. La premura dio lugar a que algunos habitantes salieran «con lo puesto», circunstancia que la logística ya había previsto para que no quedaran en desamparo. La explosión inicial se acompañó de una densa columna de cenizas, expulsión de materiales piroclásticos y emisión de gran cantidad de lava, formando la colada primigenia.
El mismo día se activó el Mapeo Rápido del Servicio de Gestión de Emergencias de Copérnico (CEMS) de la Agencia Espacial Europea. Este sistema pretende lograr una completa, continua y autónoma capacidad de observación terrestre, desde satélites, cuyos resultados sean accesibles libremente. En 24 horas, la lava había cubierto 102,8 hectáreas, destruido 166 edificios y sepultado 800 metros de carreteras. La primera colada avanzó en dirección oeste, siguiendo la inclinación del terreno, alcanzando el mar, situado a seis kilómetros, 11 días después. Desde entonces, el volcán de La Palma ha seguido un patrón muy irregular e impredecible.
Fase previa de erupción del volcán de La Palma
En semáforo amarillo, los servicios de bomberos comenzaron a organizar sus previsiones de capacidades operativas ante la posibilidad de ser requeridos. Por su parte, la Dirección General de Seguridad y Emergencias comenzó con el despliegue de remolques repetidores de la Red TETRA (RESCAN) y ubicó su camión de coordinación en La Palma para hacer frente al volcán.
De manera súbita, el PEVOLCA saltó a semáforo rojo, determinando la Dirección General de Seguridad y Emergencias los medios de bomberos que requería y organizando su desplazamiento por mar hasta La Palma. Fue una movilización excepcional, un despliegue no rutinario, nunca antes realizado, con la consideración de emergencia súbita y catastrófica.
El PEVOLCA había definido dos sectores de exclusión. El sector norte fue asignado al Consorcio de Emergencias de Gran Canaria. El sector sur fue asignado a la Unidad Militar de Emergencias (UME). En los días siguientes se incorporaron otros servicios, como Bomberos de Fuerteventura, asignados al Puesto de Mando Avanzado y zona norte, y Bomberos de Lanzarote, como apoyo logístico en lugares con incidentes puntuales, supeditados a la evolución de la colada. Bomberos del Consorcio de Tenerife se incorporó al frente sur, con lo que la UME pudo centrarse en el despliegue de equipos muy especializados de vigilancia y seguimiento del fenómeno vulcanológico (control de gases, toma de muestras en el cono, vigilancia con drones térmicos, etc.).
Riesgos derivados del volcán de La Palma
Los servicios de bomberos se organizaron para hacer frente a los siguientes riesgos.
- Atmósfera peligrosa: mala calidad del aire, presencia de gases tóxicos o gran concentración de micropartículas de cenizas que pueden afectan a los ojos (úlceras corneales, conjuntivitis) y a las vías respiratorias (altas y bajas). Es importante saber que las partículas de menos de 10 micras llegan a las vías aéreas inferiores (bronquiolos y alveolos), produciendo irritación crónica que, a largo plazo, puede originar patologías pulmonares muy graves.
- Incendios forestares: no se produjeron daños.
- Riesgos derivados de la dificultad en la evacuación y cierre perimetral. Se asumía que algunas personas podían quedar atrapadas, desorientadas, impedidas o desbordadas por la magnitud de los hechos. Ser evacuado «con lo puesto», con la incertidumbre de no saber si regresarás a tu hogar, es durísimo.
- Riesgos antrópicos (derivados de la acción humana):
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- Riesgos en gasolineras y depósitos industriales de combustibles líquidos o gaseosos. Emisión de sustancias tóxicas, explosiones, fuego, etc. Infraestructuras dadas por perdidas, con la información de los satélites Copernicus (UE).
- Riesgos por depósitos de gases a alta presión (combustibles, comburentes, tóxicos, inertes, etc.). Riesgos de intervención para inertizar estos envases.
- Riesgo de modificación urgente del perímetro de seguridad y de la zona de exclusión. Conlleva una revisión exhaustiva de la zona cero: intervención multisectorial, con la añadida colaboración de bomberos, voluntarios de La Palma, Medio Ambiente del Cabildo de La Palma (Brigadas Forestales), voluntarios de Protección Civil, etcétera, quizás poco reconocidos por la prensa.
- Riesgos eléctricos: la caída de los postes de distribución eléctrica produce estrés mecánico sobre el cableado con caídas de torres contiguas (efecto fichas de dominó) o ruptura del cableado, siendo un peligro incluso a distancia del frente de la colada.
- Riesgo de intervención del propio personal operativo: pérdida de contacto radiofónico y visual, derivadas de las interferencias en las comunicaciones que generan las coladas (ricas en hierro).
- Riesgo de exposición a fenómenos imprevistos: inhalación de aire a temperaturas elevadas (no se produjo). Posibilidad de deshidratación o golpe de calor. Fuertes corrientes de aire por vientos convectivos que podían cegar al personal, desorientarlos, derribar estructuras cercanas, etcétera.
- Riesgo de intervención para asegurar y garantizar acompañamiento y asesoramiento en autoprotección y seguridad al personal acreditado para entrar en zona de exclusión (ajeno a los servicios de emergencias como vecinos y científicos). Control de entradas/salidas (labor de las Fuerzas de Seguridad). Supervisión de EPI (gafas, mascarilla FFP2 y gorra, preferible casco). Designación de puntos de observación seguros y supervisados para los Medios de comunicación, cuya labor es imprescindible. Los drones fueron fundamentales. Este dispositivo tuvo un efecto disuasorio para evitar delitos.
- Riesgos derivados de los distintos idiomas. Establecimiento de un sistema común entendible por cualquiera que estuviera en la zona de exclusión. Códigos de alerta mediante señales con sirenas o silbatos. Los turistas fueron desalojados en las primeras horas.
- Riesgo de entrar en zonas oscuras de radiocomunicaciones. Según el protocolo, todos los recursos iban con conexión por radio, con GPS integrado. En caso de fallo, el punto de reunión era el vehículo y la distancia máxima permitida la fijaba el control visual desde el vehículo, de manera que permitiera la evacuación inmediata.
- Riesgo de pérdida de patrimonio histórico, cultural o artístico de especial valor. Solucionado por los vecinos, de forma eficiente.
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Tormenta de ideas
La oportunidad de intentar contener o desviar el curso de la colada primigenia dio lugar a un interesante debate técnico:
- Derribando obstáculos para facilitar que la colada circulara hacia el barranco o zonas menos valiosas. Algunas casas se dejaron sin tabiques, otras fueron demolidas.
- Desvío del frente norte de la colada en la rotonda de Todoque. Se intentó levantar barreras con diferentes materiales de construcción y arena. La maniobra no se completó.
- Creación de canales con maquinaria pesada para que la lava avanzara por ahí, o ralentizara su velocidad, ganando tiempo para completar la evacuación. No pudo completarse por escasez de recursos.
- Creación de una barrera de colada fría mediante agua de mar con un caudal mínimo de 35.000 litros por minutos. El barrio de Todoque está situado a unos 500 metros sobre el nivel del mar, siendo inviable la maniobra.
- Bombardear desde el aire con explosivos el cono principal del volcán de La Palma para tratar de canalizar la colada, descartado por el riesgo de tsunami de lava. También se propuso dinamitar el tramo final de la colada con cordones explosivos, para acelerar su caída al mar y evitar que ganase anchura. Se consideró inviable por imposibilidad logística.
Estos debates han sido objeto de críticas reflejadas en los medios de prensa, que dan voz a gente inexperta, cuyas declaraciones elevan a la categoría de dogmáticas. La prensa técnica y científica sí ha analizado esta tormenta de ideas, aunque no hay una posición predominante.
Primeros intervinientes
Los bomberos eran relevados cada cuatro o cinco días por el estrés intenso y sostenido. A su regreso, de forma voluntaria, fueron evaluados por psicólogos. Refirieron estrés psicosocial por impotencia ante las enormes pérdidas. El ruido ensordecedor, con privación de sueño reparador, fue un problema muy grave. Hasta el momento, ningún bombero de la provincia de Las Palmas ha requerido tratamiento.
Equipos de protección individual
Los bomberos utilizaron ropa de seguridad para rescates y operaciones tácticas, sin fuego estructural: casco, gafas de protección, mascarillas FFP2, ropa táctica de seguridad con elementos de alta visibilidad y calzado de protección.
Como complementos emplearon: linterna individual, radio TETRA individual con GPS y botón de pánico (su pulsación lanza una llamada de emergencia, con posicionamiento y deja el canal abierto un minuto para que el afectado hable con manos libres indicando cuál es su problema), radios con banda aérea y banda marítima (en los vehículos). No consta ningún accidente laboral.
Labores destacadas
Entre las labores que podemos destacar están:
- La excepcional respuesta de los lugareños, sin ningún género de duda.
- La eficiente logística en la zona, basada en el incendio forestal de agosto 2021, en el mismo municipio de El Paso.
- El avituallamiento de agua y víveres, lo gestionó el Gobierno de Canarias. Fue uno de los puntos fuertes de la logística. El chef José Andrés y su ONG World Central Kitchen colaboraron y su presencia ayudó a situar a La Palma como foco informativo mundial.
- Otros «anónimos» que nos dejamos en el tintero por la complejidad del dispositivo. Todos sumaron y vaya hacia ellos nuestro reconocimiento y gratitud.
Ya habrá tiempo para un análisis sosegado de las lecciones aprendidas. El pueblo de La Palma sigue siendo resiliente por mucho que «un monstruo haya venido a verlos».
Nota y agradecimientos de la autora:
El presente artículo, basado en entrevistas, narra las primeras actuaciones; no pretende menoscabar la intervención de ningún colectivo.
Agradecimiento a Carmelo Álamo Rodríguez y José Luis Hernández Valerón, directores de Seguridad, por su asesoramiento e información. Y a Rafael Gómez Romero, asesor en logística de temas de transportes (aéreo, drones y marítimos), formador de pilotos de drones.
Organismos de monitorización del volcán de La Palma
INVOLCAN: es el Centro Nacional de Volcanología, acrónimo de Instituto Volcanológico de Canarias. Entidad aprobada por unanimidad en el Senado, Parlamento de Canarias y Congreso de los Diputados. Tiene como finalidad contribuir a la mejora de la gestión del riesgo volcánico en España, dígase Canarias; la única región volcánicamente activa del territorio nacional. Pretende optimizar la gestión en un territorio volcánico (recursos geotérmicos, geoturismo, etc.), contribuyendo al desarrollo sostenible. Esta institución tendrá, en 2022, capital cien por cien canario.
INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL: es el organismo público del Ministerio de Fomento que tiene como competencia la «Observación, vigilancia y comunicación de la actividad volcánica y determinación de riesgos asociados». Ha implementado un Sistema de Vigilancia y Alerta Volcánica instalando estaciones sísmicas, geodésicas y geofísicas y un sistema de comunicaciones, procesamiento y análisis de datos para seguimiento y alerta de la actividad volcánica.