Determinados sectores como la Prevención y la Seguridad constituyen un reto para los profesionales que se dedican a ellos. Por eso, los acontecimientos que en este ámbito se pueden producir ponen a prueba el conocimiento, la experiencia y la visión de estos, y, en muchas ocasiones, sus decisiones pueden tener un gran impacto en la vida y calidad de las personas, además del organizacional. Por esa razón, el conocimiento y el saber hacer se vuelven claves en la toma de decisiones.
Tradicionalmente, los profesionales de la seguridad aprendían de su experiencia. Muchos de ellos, con estudios que no tenían nada que ver con la seguridad, se especializaban profesionalmente en dicho sector, convirtiendo a la profesión en su propia facultad. Sin embargo, esa realidad se ha ido transformando en las últimas décadas gracias a la aparición de los títulos universitarios que forman a los profesionales de la prevención y la seguridad. En concreto, estos títulos pueden ser de grado o de formación continua.
Formación de EPSI-UAB
En nuestro caso, la Escuela de Prevención y Seguridad Integral (EPSI) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) fue la primera escuela universitaria en apostar por la seguridad en el mundo académico hace 25 años. Actualmente disponemos del Grado en Prevención y Seguridad Integral, enfocado a todas aquellas personas que formen o quieran formar parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; o bien quieran dedicarse a la seguridad privada, dado que esta formación habilita como investigadores privados y directores de seguridad; o bien quieran dedicarse al ámbito de la prevención de riesgos laborales, mediante su habilitación como técnicos superiores de prevención de riesgos laborales con las tres especialidades, sin necesidad de tener que cursar ningún máster adicional. Todo ello, sumándole una serie de competencias imprescindibles que van más allá de sus especialidades, así como una amplia formación continua.
Labor docente
Realizada esta pequeña cuña publicitaria, se tiene que destacar que formar a los profesionales de la seguridad y a los futuros profesionales también conlleva un reto para los docentes, porque somos conscientes de que el saber y las habilidades que seamos capaces de transmitir conllevará una respuesta más eficiente en la prevención y la gestión de la seguridad.
Por esa razón, la manera en cómo se crea conocimiento se vuelve estratégica no solo para el mundo universitario sino también para el sector profesional. La rigurosidad, la innovación, así como la adecuación del contenido a las necesidades del sector se vuelven imprescindibles.
Mi recomendación para todos los profesionales de la prevención y la seguridad, como personas interesadas en este ámbito, es que estudien qué posibilidades les ofrece el mundo universitario; pero no solo en conocimiento, sino en posibles colaboraciones, investigaciones conjuntas, jornadas, seminarios e incluso en la captación de talento a través de las prácticas profesionales o la selección de personas.