Las investigaciones corporativas efectuadas por detectives privados son una herramienta secreta eficaz y eficiente para los directores de Seguridad. Este tipo de labores (siguiendo el estándar ANSI/ASIS INV.1-2015 del PCI de ASIS International) se desarrollan en cuatro fases distintas: planificación y preparación, recopilación de información, verificación y análisis, y acción disciplinaria y correctiva. Posteriormente, los detectives colaboran con el director de Seguridad en la prevención y formación del personal. Veamos esas cuatro fases:
Planificación y preparación: No existen soluciones mágicas a los problemas, lo que funcionó en unas circunstancias puede no funcionar en otras. Cada obstáculo con el que nos enfrentamos es diferente, por lo que debemos analizar todas las opciones posibles, con la mente abierta, para encontrar la posible mejor solución.
En esta fase, se selecciona la agencia de investigación, los detectives que van a participar, se forma un equipo de investigación en el que participa el director de Seguridad, se deciden los objetivos de la investigación así como la operativa que se va a seguir, y se asignan los recursos necesarios tanto materiales como económicos y humanos.
Los objetivos de una investigación encubierta en los centros de trabajo pueden incluir, entre otros y sin ser excluyentes:
- Identificar la verdadera naturaleza, alcance y generadores de un problema.
- Recopilar información para que la gerencia pueda hacer cumplir sus políticas y tomar medidas correctivas.
- Recopilar información de una manera que sea lo menos perjudicial para la organización y sus operaciones.
- Garantizar que el proceso proporciona el mejor retorno de la inversión.
Esos objetivos no solo son alcanzables, sino también el sello distintivo de cualquier investigación encubierta exitosa.
Recopilación de información: se inician las distintas investigaciones, de las que se obtienen datos e información, que se van volcando en un repositorio. Esa información se obtiene mediante investigaciones OSINT, registros públicos y privados, métodos tradicionales de campo, entrevistas, fuentes personales, etc.
Verificación y análisis: En esta fase, los detectives especializados en análisis proceden a evaluar, estudiar, correlacionar, compilar, valorar, integrar, interpretar, redactar y documentar la síntesis de los datos y pruebas obtenidos, que se evacuan como conocimiento en forma de informes.
Acción disciplinaria y correctiva: Los informes evacuados sirven para iniciar y desarrollar las acciones posteriores, sean de tipo correctivo, disciplinario, informativo, formativo, etc.
En conclusión, los detectives trabajamos estrechamente con el director de Seguridad o con el personal directivo superior del cliente y sus asesores jurídicos. Tras evaluar el problema y definir claramente los objetivos del cliente, presentamos rápidamente una estrategia de inteligencia e investigación diseñada para identificar a los responsables de las infracciones, evaluar los perjuicios y obtener los indicios o las pruebas necesarias para tomar las medidas oportunas o judicializar el caso, así como minimizar los perjuicios o buscar los activos perdidos para recuperarlos.
Nuestros experimentados equipos establecen los hechos para determinar lo ocurrido, identificar a los responsables, reducir o recuperar las pérdidas y ayudar a restablecer la confianza de los accionistas, socios, clientes, órganos reguladores y otras partes interesadas.
Casos reales
Para dar a conocer el alcance de las investigaciones corporativas, exponemos a continuación en síntesis algunas aplicaciones reales efectuadas:
Pérdida desconocida: Una empresa multinacional de distribución tenía graves problemas de pérdida desconocida. Tras analizar su situación real, pudimos determinar que el 50 por ciento de esa pérdida tenía su origen en la falta de formación del personal y la no correcta aplicación y ejecución de las políticas de la empresa.
Competencia desleal: Una empresa multinacional del deporte pierde una concesión administrativa de construcción y explotación. Tras nuestras investigaciones, se condenó a un ex directivo a pagar a la compañía casi 500.000 euros.
Defensa de marca: Después de nuestras investigaciones y denuncias, se desmanteló una red de fabricación, distribución y posterior comercialización de productos falsificados, que estaba formada por ocho empresas importadoras y distribuidoras a EMEA ubicadas en tres provincias de las tres marcas más importantes de impresoras.
Due Diligence: Un fondo de inversión americano quería invertir en una compañía tecnológica española al alza en ese momento, pero tras nuestra investigación y recomendación no lo hizo. A los seis meses, debido a los extremos que figuraban en nuestro informe, el valor de la empresa en la que estaba interesada el fondo cayó un 70 por ciento.
Inteligencia, innovación y especialización: En el año 2006, una empresa multinacional de software tenía un grave problema de piratería (el índice de este delito era entonces en España del 49%). Diseñamos y pusimos en marcha una campaña integral de detección, control y lucha tanto en establecimientos físicos como en la Red, consiguiendo rebajar en tres años el índice de piratería del 49 al 16 por ciento.
Valoración de una empresa: Un importante grupo de reaseguradores quería conocer el valor real de dos grupos empresariales españoles especializados en la inversión en monedas, sellos y otros bienes tangibles antes de renovar sus pólizas de seguros. Tras nuestros informes deciden no hacerlo.
En casos como este, la valoración de una empresa no solo debe basarse en lo que figura en los documentos oficiales y privados, sino que ha de establecerse en relación con la realidad material física y con la realidad psicológica de sus directivos y propietarios.
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