No cabe la menor duda de que, en los tiempos que corren, la seguridad intangible ocupa gran parte de las amenazas que puede tener nuestra empresa. Una mala gestión o, cuando menos, una desatención por parte de las entidades empresariales para analizar este riesgo puede suponer un daño terrible a la economía corporativa y a su subsistencia. Pero, ¿qué entendemos por seguridad intangible? Es ni más ni menos que la forma de minimizar los riesgos sobre los bienes de la compañía que no poseen materialidad, por ejemplo, la marca comercial. Un atentado sobre esta podría afectar al prestigio de la misma y, en consecuencia, derivar en importantes pérdidas económicas.
Como este ejemplo, hay numerosos riesgos que pueden afectar a una organización. Por eso, cada vez más, las empresas que disponen de Departamentos de Seguridad se especializan en seguridad corporativa, que engloba este y otros conceptos determinantes. ¿El objetivo? Prever las amenazas más susceptibles e impactantes.
A pesar de su importancia, no todas las compañías disponen de un departamento de estas características liderado por un director de Seguridad. Sin embargo, como indica el Real Decreto 2364/1994 por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad Privada en el artículo 96.2, se establece la obligatoriedad de contar con dicho profesional en los siguientes casos (cito textual de la norma):
“a) En las empresas o entidades que constituyan, en virtud de disposición general o decisión gubernativa, Departamento de Seguridad.
b) En los centros, establecimientos o inmuebles que cuenten con un servicio de seguridad integrado por veinticuatro o más vigilantes de seguridad o guardas particulares del campo, y cuya duración prevista supere un año.
c) Cuando así lo disponga la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil para los supuestos supraprovinciales, o el Subdelegado del Gobierno de la provincia, atendiendo el volumen de medios personales y materiales, tanto físicos como electrónicos, el sistema de seguridad de la entidad o establecimiento, así como la complejidad de su funcionamiento y el grado de concentración de riesgo”.
Por tanto, no todas las empresas deben, por ley, disponer de este perfil, encargado de identificar, analizar, planificar y resolver amenazas que puedan dañar al grupo empresarial. ¿Cómo podemos actuar en estos casos para minimizar riesgos? Más allá de proporcionar vigilantes y sistemas de seguridad para reducir amenazas, las empresas de seguridad privada ofrecemos un servicio integral para acompañar a las organizaciones en estos procesos y asesorarles en materia de seguridad. Estos trabajos de consultoría y planificación son fundamentales y parte esencial del diseño de un plan de seguridad integral corporativo, donde los medios que se disponen para su ejecución son solo una parte.
Resiliencia empresarial
Este concepto, en Iman Seguridad lo desarrollamos bajo una visión de la seguridad 360 grados. Sabemos que las amenazas a una empresa y a las personas que la integran pueden ser múltiples y diversas; por tanto, las soluciones deben ser transversales, dinámicas y efectivas, que sean capaces de no solo prever la amenaza, sino de neutralizarla. Como la premisa más importante de la seguridad es que no se cumple al cien por cien, en el caso que se produjera un daño a la organización empresarial, también se debe analizar y ejecutar la manera de combatir los efectos negativos producidos, con objeto de recuperar la actividad normal de la empresa en el menor tiempo posible, a lo que se denomina resiliencia empresarial.
La resiliencia se ha convertido en un concepto clave de la seguridad y es referencia de importancia en la nueva Estrategia Nacional de Seguridad Nacional
De hecho, resiliencia es un término originado en la física y, en particular, en la ingeniería en el estudio de los materiales. Hace referencia a la capacidad de un elemento que sufre un golpe de volver a su estado original. Por tanto, esa visión de 360 grados de la seguridad permite no solo prever, planificar y combatir el riesgo con todos los recursos existentes, sino que además ayuda a recuperar la actividad lo antes posible. De ahí que sea fundamental el asesoramiento en materia de seguridad por parte de profesionales. La resiliencia se ha convertido además en un concepto clave de la seguridad y es referencia de importancia en la nueva Estrategia Nacional de Seguridad Nacional (ENS-2017) y, muy especialmente, en su aplicación a los planes de seguridad de las infraestructuras críticas.
Plan de seguridad corporativo
Además, cualquier plan de seguridad corporativo debe tener en cuenta la multitud de legislaciones y reglamentos vigentes, que de una manera u otra están ligadas a la seguridad y a su propia legislación y reglamentación, como la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal, la Ley Prevención de Riesgos Laborales, las leyes sectoriales, etc. Por lo tanto, la visión 360 grados en seguridad se hace fundamental e imprescindible en cualquier asesoramiento en seguridad empresarial.
Como objetivos básicos de actuación para desarrollar un plan de seguridad corporativo se recomienda la realización de los siguientes proyectos, entre otros:
- Diseñar una estrategia preventiva con una visión 360 grados sobre el catálogo de riesgos específicos que pueda afectar a la organización.
- Desarrollar planes de seguridad por cada uno de los servicios esenciales de la empresa y que logren la continuidad de cada uno de ellos (resiliencia).
- Establecer un plan de ciberseguridad que garantice la protección de la información.
- Dotar de procedimientos y herramientas suficientes para combatir las amenazas que afecte a la entidad (resistencia).
- Garantizar el cumplimiento del marco normativo y legislación vigente en cada uno de los aspectos marcados en las políticas de empresa.
- Garantizar la protección de datos de carácter personal.
- Promover la cultura de seguridad y acciones formativas dentro la empresa.
En 1916, Henry Fayol ya identificó la seguridad como una de las necesidades fundamentales de la industria. Un siglo después, en plena transformación digital de las compañías, seguramente ampliaría los riesgos y las medidas a adoptar para combatirlos hacía una visión 360 grados que incluya una percepción integral para combatir las amenazas a las que se enfrentan actualmente las compañías.