No solo el título de una conocida canción es la realidad a la que hemos llegado en el sector de la videoseguridad en no muchos años, pasando de circuito cerrado a una plena accesibilidad. No obstante, para ubicarnos, es importante saber de dónde venimos, dónde estamos y adónde vamos.
Algunos aún recordamos la evolución de las cámaras de tubo, vidicones, ultricones y newvicones, y sus consideraciones a la hora de instalar y usar. Entonces, y casi de la nada, apareció el CCD, toda una revolución, que ya no era tan especial en su uso, pero sí a la hora de configurar el sistema de cámara ideal, tamaño del captador, la lente a usar, resolución, alimentación, sincronismo, etc.
Hasta aquí, más o menos todos nos defendíamos, incluso con soltura. Y cuando ya controlábamos, aparecieron los nuevos sensores CMOS y la tecnología IP, que nos llevaron a una nueva evolución no ya solo tecnológica, sino de comprensión del mundo de las comunicaciones. Entramos en la nueva era tecnológica, pero además generacional, referida a la comprensión que se tiene de la tecnología, cómo rentabilizarla comparando el beneficio y su la utilidad en relación con la inversión y cómo aplicarla y usarla con naturalidad.
Terminología
La terminología que usábamos en seguridad apenas es comprendida por los actuales clientes, y la que los nuevos gestores usan nos cuesta asimilarla. Estos hablan de términos como redes, Big Data, Internet de las Cosas, ciberseguridad, cloud y un sinfín de vocablos, incluso financieros, que apenas rozan la tecnología de los nuevos equipos, pero que son parte fundamental del argumentario de la solución que el cliente espera recibir. Y lo espera porque ya dispone en su domicilio de comunicación fluida a Internet, visionado en alta definición full HD (incluso 4K) e interfaces de gestión sencillos, accesibles y seguros las 24 horas de los 365 días del año. Y claro está, no se conforman con menos.
El vídeo, la imagen, ha pasado a ser un dato más dentro del tráfico de una red; importante y peculiar sí, pero gestionable. En este ecosistema de red, los diferentes sistemas se hablan y se entienden, aun usando lenguajes diferentes a través de pasarelas entre los diferentes elementos. El vídeo ya no solo se usa para controlar una intrusión o un evento como antes se entendía el uso de una cámara, sino para controlar el cumplimiento de los diferentes planes de emergencia y prevención de riesgos laborales. Informar y confirmar del proceso de un pedido tanto proactivo, sorprendiendo y mejorando la percepción de los clientes, como reactivo ante una reclamación de la índole que sea (pérdida, daño, etc.) abre posibilidades para nuevos y diferentes aplicativos en múltiples sectores y departamentos, donde un informe visual vale más que mil reportes escritos.
Y aunque parezca que todo ha cambiado, seguimos necesitando que para que todo este ecosistema funcione adecuadamente es fundamental tener una homogeneidad en los diferentes componentes del sistema. Esto es que, como mínimo, cumplan con las homologaciones y los certificados requeridos para su uso en los entornos donde vayan a operar, y especialmente en aquellos más sensibles −salas limpias, zonas clasificadas, CPD, accesos, etc.−. Esto, aunque parezca evidente, por diferentes motivos que no entramos a valorar, se ha obviado por un básico valor económico, olvidando la adecuada funcionalidad y cumplimiento de regulaciones.
Los sistemas IP se basan en un modelo de interconexión de sistemas abiertos (ISO/IEC 7498-1), más conocido como “modelo OSI” (en inglés Open System Interconnection); un modelo de referencia para los protocolos de la red.
En los sistemas de vídeo y en todas las áreas que componen un sistema profesional de vídeo podemos ver la evolución que estamos comentando, según lo que podríamos denominar capas.
Capa de captación
En este apartado, y hablando de sensores CMOS, no solo se ha conseguido el aumento de resolución (usando sistemas de compresión convencionales) de dos, cinco, ocho (4k) y 12 megapíxeles y superiores. Sensibilidad que permite seguir manteniendo colorimetrías en escenas de tan solo 0,002 luxes, eliminar barreras como contraluces con rangos dinámicos de 140 decibelios y superiores, así como ruido de escena, etc. Unas mejoras en el aspecto mecánico que aumentan los rangos de protección tanto mecánicos como ambientales y que eliminan las aberraciones en las cúpulas y cristales en resoluciones superiores a cinco megapíxeles.
El aumento del número de cámaras y su resolución ha traído consigo que la cantidad de datos almacenados aumente a un ritmo considerable
Pero es especialmente en el apartado de gestión local −o edge− donde las mejoras han sido, son y serán especialmente notorias, permitiendo almacenamientos, gestión de acciones (relés) locales y la Inteligencia Artificial. También se gestionan múltiples comportamientos simultáneos con procesadores más y más potentes; y la denominada mejora dinámica, que posibilita que la unidad vaya ajustando el o los parámetros que gestionan los diferentes comportamientos a rendimientos más y más optimizados. Sirvan como ejemplo algunos de los nuevos mercados que se están beneficiando: control de distancia social y uso de máscara, control de aforos y multitudes, discriminación entre personas, vehículos y mascotas, etc.
Capa de transmisión
Los cables usados en las redes existentes, fibra óptica y cobre (Cat6), pueden ser usados para transmitir el vídeo o usar el cobre existente −coaxial− como medio de transmisión IP. Ambos casos suponen un ahorro significativo, pero también se benefician de los avances en los sistemas de gestión de red, y por ende de protección a nivel de ciberseguridad y por la integración en los CPD que los departamentos de comunicación e informática usan, explotan y protegen.
El conjunto significa una homogeneidad de uso y ahorro obteniendo un cuantificable. La nueva tecnología 5G es ahora también accesible a sistemas de vídeo IP. La onda milimétrica inalámbrica, trabajando en frecuencia no saturada, no solo es segura, sino que aporta capacidades de transmisión similares a la fibra óptica, impensables no hace mucho tiempo.
Todas estas posibilidades de transmisión y accesibilidad, por supuesto controlada y gestionada (niveles de usuarios, acceso y limitaciones de uso), también permiten explorar nuevas posibilidades de conectividad y acceso. Así, el cloud será una nueva etapa en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Capa de almacenamiento/grabación
El aumento del número de cámaras y su resolución ha traído consigo que la cantidad de datos que se almacena aumente año a año a un ritmo considerable. Y esto ha provocado que, de un tiempo a esta parte, se estén manejando cifras mareantes que empiezan a escaparse de la comprensión común.
La plataforma de grabación de vídeo proporciona una combinación de software y el hardware necesario para apoyar los requisitos mínimos del sistema. La tarea de determinar el despliegue puede ser complejo y variará en función del número de cámaras y su resolución, los fotogramas por segundo grabados, los requisitos de visualización en vivo, la capacidad de almacenamiento y otras variables.
Un beneficio directo de combinar desde un solo proveedor el hardware con el software de manera conjunta es que hay un solo punto de apoyo para toda la plataforma de grabación, teniendo la certeza de que el hardware funciona con el software con un rendimiento óptimo garantizado.
Si hace unos pocos años se hablaba de megabytes y gigabytes (no quedan tan lejos los primeros Pentium con 100 megas de memoria), cada vez se oyen más conceptos como terabytes, petabytes y exabytes (ver tabla 1). Y aunque terabytes forma parte ya del vocabulario común de los sistemas profesionales de vídeo, el petabyte merece una explicación para entender su magnitud. Un petabyte es un millón de gigabytes (en realidad 1.048.576). Así pues, la alta calidad de grabación se puede mantener durante el máximo tiempo que la ley y las diferentes agencias de protección de datos nacionales y europeas permiten.
Los sistemas grabarán conjuntamente la información sobre una base de datos los registros de audio, las grabaciones de vídeo, los metadatos y resto de datos. En caso de un fallo del sistema (corte de energía, pérdida de conexión, etc.), la base de datos puede ser “reconstruida” o “recuperada”. Así pueden configurarse para una gestión supervisada las 24 horas de los 365 días del año con respaldo –RAID, FailOver– en diferentes configuraciones, dando máxima garantía de que no se producirá una pérdida de datos.
Capa de gestión
Una vez obtenidas, transmitidas y almacenadas las imágenes, es la gestión de toda esta información la que nos está aportando posibilidades de control y gestión a nivel local, provincial, nacional y hasta mundial, y así ayudar a las organizaciones a transformar el vídeo en inteligencia procesable.
Los diferentes departamentos de una misma compañía (Seguridad, Producción, Marketing, Recursos Humanos, Logística…) pueden beneficiarse de toda esta información basándose en plataformas únicas altamente escalables, que van desde un canal de vídeo a miles de ellos, repartidos por todo el mundo en equipos y plataformas ajustados a la necesidad, con una sencilla estructura de licencias para nuevos canales de vídeo o datos de terceros. Estos sistemas tienen capacidad de visualizar vídeo y aplicaciones del cliente accediendo de forma inmediata a la información que cada uno de los usuarios o responsables de departamento requieran sin interferir en la operatividad de unos con otros. Esto permite impulsar la imagen tecnológica de tu empresa y facilitar la gestión de información con tus clientes internos y externos.
Un sistema de gestión de vídeo actúa como la interfaz frontal para los operadores y es el componente más visible en una instalación de seguridad, control y vigilancia, y a menudo el más importante para decidir. Tiene características propias, junto con su nivel de integración con cámaras, otros dispositivos de seguridad, control de acceso, análisis de vídeo, terminales de puntos de venta, etc. Integraciones con tales sistemas permiten asociar datos de seguridad complementarios con el vídeo grabado y terceros sistemas, y determinarán la idoneidad del propio sistema. Esta integración permite una fácil investigación de los diferentes eventos, así como proporciona una comprensión más clara de ellos y, por tanto, mayor agilidad en la toma de decisiones.
El acceso o localización de estos datos −o como ahora se denomina, Big Data−, ya sea de vídeo/imágenes o información de los sistemas con los que se hablan, es inmediato. Se puede gestionar la búsqueda por la tradicional fecha y hora y evento (alarma), y ahora, además (por mencionar solo algunos), por datos de transacción, tarjetas de acceso, lectura de códigos QR, códigos de barra, lecturas de escáneres, matrículas y cualquier otro dato añadido a la base de datos que hubiese sido definido como importante por alguno de los usuarios o departamentos de la empresa.
La capacidad de investigar un incidente y encontrar rápidamente clips de vídeo relevantes es también una consideración importante. La búsqueda inteligente es una característica que permite a un investigador buscar actividad usando la detección de movimiento aplicado a un área específica del campo de visión de la cámara. La Inteligencia Artificial, además, aporta la posibilidad de leer las bases de datos almacenadas en búsquedas de datos concretos basándose en filtros: un color, género, objetos, formas… generando índices y reduciendo el tiempo de visionado a segundos o minutos. La velocidad de la búsqueda inteligente puede ser lenta. La base de datos de vídeo que se está analizando exige un uso intensivo de procesamiento. Dependiendo del sistema que realice la búsqueda, cada hora de vídeo puede requerir varios minutos para procesarlo.
La mayoría de los sistemas VMS tienen la capacidad de exportar grabaciones que contengan una marca de agua digital, la cual permite a los usuarios determinar si la evidencia de vídeo ha sido manipulada o no. La verificación de la integridad del vídeo es necesaria para situaciones en las que las pruebas de vídeo se utilicen en un procedimiento judicial.
Los nuevos usuarios de estas tecnologías las entienden y usan sin dificultad. Los interfaces se han preparado para una gestión intuitiva, permitiendo su configuración a la necesidad de cada uno de ellos, ya sean administradores expertos o usuarios noveles con motor de reglas (manejo de eventos) tanto para el vídeo o dato en vivo como grabado.
Capa de visionado
En esta área, el objetivo que buscamos es favorecer la interactividad y una experiencia única con los usuarios. La calidad de la interfaz y la facilidad de uso pueden variar enormemente. Los diseñadores y usuarios deben considerar el equilibrio entre los conjuntos de características disponibles en la interfaz de la aplicación frente a la facilidad de uso y navegación.
La aplicación básica de visualización de vídeo permite un visionado en mosaico de múltiples fuentes de vídeo. Típicamente, las áreas de visualización pueden ser configuradas en diferentes tamaños para mostrar algunas cámaras en una resolución mayor que otros. Las interfaces suelen permitir cualquier disposición que el usuario o el administrador desee, y ofrecen capacidades como ventanas de puntos calientes (mostrando vídeo del evento o la acción del usuario) o indicadores de actividad visual codificados por color, reproducción instantánea, modo de pantalla completa, cambio automático…
Una opción de interfaz cada día más popular es el control a través de mapas interactivos, que permite al administrador importar un archivo de imagen, habitualmente una toma de satélite o un plano de planta del edificio, así como superponer iconos que representan cámaras, sensores y resto de dispositivos en el mapa. Esto mostrará al operador dónde se encuentra exactamente una cámara en relación con la instalación que se está controlando, y hace mucho más rápido y sencillo aprender las ubicaciones de los diferentes elementos en el sistema y rastrear la actividad a través de las cámaras y resto de equipos. Las características de las interfaces de mapas varían, pero habitualmente ofrecen mapas hipervinculados que permiten a un usuario comenzar en un mapa general de la instalación, para luego ir pasando a mapas asociados a una planta o área determinada mostrando sus cámaras asociadas, y así sucesivamente.
La mayoría de los controles a través de mapas permiten al administrador posicionar una flecha cerca del icono de la cámara que representa la dirección en la que la propia cámara está apuntando. Mapas más sofisticados permiten dibujar el icono de la cámara, proporcionando una mejor representación del campo de visión de esta, así como su área de cobertura. Los iconos del campo de visión pueden cambiar de color indicando que se detectó movimiento o se han disparado eventos de un sistema integrado, etc. Esta característica permite que el interfaz de mapa se utilice para supervisar eventos y puede ayudar a los operadores a determinar qué cámaras visionar basándose en la actividad del sistema.
También están disponibles aplicaciones móviles en iOS (Apple) o Android que permiten ver vídeo en vivo del sistema de vigilancia y control en un terminal inteligente, teléfono o tableta. Un cliente móvil puede ser bastante sofisticado permitiendo el control de cámaras móviles (PTZ), reproducción de vídeo grabado, controles de cámara avanzados…
Existen clientes web para ofrecer acceso al vídeo sin necesidad de instalar un software. Este cliente web puede ser útil para un usuario ocasional o para aquellos que requieren ser los primeros en responder. Los clientes web se utilizan para sistemas en los que un gran número de usuarios necesitan acceder al sistema de seguridad de vídeo. Usando un cliente web, el personal de TI no necesitará actualizar manualmente la aplicación de cliente instalado.
Después de todo, una interfaz es un desafío para aprender y navegar.
Como hemos visto, hay una enorme gama de opciones y oportunidades para nuevos negocios y para mejorar la explotación de los existentes. Aunque todas ellas deben de interrelacionarse, ya que una inadecuada consideración podría llevar al traste el conjunto.
Como referencia, y por mencionar solo uno de los nuevos mercados, el Internet de las Cosas está creciendo de forma exponencial. Los expertos prevén que a nivel mundial, para finales de 2020, se conectarán en red más de 20.000 millones de dispositivos. Los dispositivos finales se están volviendo cada vez más inteligentes y versátiles, y una cámara de seguridad en el espacio comercial, que antes solo podía suministrar datos de vídeo, ahora también puede analizar esos datos. Con datos que van desde la gestión de la mercancía hasta el apoyo a las ventas, no es de extrañar que el 70 por ciento de los minoristas tengan previsto invertir en los próximos cinco años en estas nuevas herramientas.
Algo que todos sabemos es que estamos en 2020, un año realmente único en el que es importante desarrollar estrategias y marcar protocolos y procesos para reactivar la actividad. Como hemos experimentado, con la pandemia de COVID-19, pronosticar la probabilidad y el impacto de los eventos de riesgo forma parte crucial de la mitigación de estos.
Sin embargo, el riesgo, por su propia naturaleza, es impredecible; y la mayoría de las veces sucede lo inesperado.
Todo esto y aún más ofrecen los 50 años de existencia de Geutebrück y los 30 años que FF Videosistemas lleva en el mercado español, aportando no solo la evolución de los productos año tras año e incluso día a día con el uso de las tecnologías más avanzadas, sino su uso continuado y compatibilidad a lo largo de estas décadas.