Las cámaras de seguridad que nos rodean en nuestra vida cotidiana están diseñadas para hacernos más seguros y protegidos. Confiamos en ellas para detectar y prevenir sucesos peligrosos. Estamos acostumbrados a ver cámaras de seguridad instaladas en diversos entornos y contextos, desde las calles y los espacios públicos hasta las oficinas donde trabajamos y las tiendas donde compramos. En consecuencia, los dispositivos, incluso en su concepción de hardware, han entrado ya en nuestra vida cotidiana y la tendencia natural de los usuarios, empresas o ciudadanos es tratar de gastar lo menos posible en comprarlos, y, a veces, sólo cuando un episodio en concreto los hace necesarios.
La opción de reaccionar ante la necesidad analizando lo que ofrece el mercado y tendiendo a preferir las soluciones más baratas, puede resultar un grave y costoso error, porque lleva a comprar soluciones que no son realmente eficaces. Lo que puede parecer un ahorro inicial, de hecho, puede llevar a largo plazo a tener que afrontar gastos adicionales y de mantenimiento. Además, aunque las especificaciones técnicas de muchas cámaras del mercado pueden parecer similares a primera vista, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones antes de elegir cuáles comprar.
¿Vale la pena elegir el sistema más barato?
Optar por el sistema más barato, que suele fallar más rápido y con más frecuencia, no es una táctica aconsejable. A la hora de buscar cámaras de vigilancia, el primer criterio que debe guiar tu elección es la fiabilidad y la tasa de tiempo medio entre fallos (MTBF). Las cámaras de vídeovigilancia, por ejemplo, especialmente las de exterior, suelen instalarse en lugares críticos y a veces remotos, por lo que requieren un esfuerzo especial de organización, coordinación de recursos y una cuidadosa previsión de los calendarios de instalación y mantenimiento. Por su propia naturaleza, las cámaras de vídeovigilancia también suelen ser objeto de vandalismo, además de estar sujetas a las condiciones meteorológicas. Por eso, un diseño robusto y la resistencia a la exposición a las inclemencias del tiempo y al polvo son factores importantes a tener en cuenta, ya que la fiabilidad de la cámara es una necesidad en todos los contextos.
Panasonic siempre ha prestado especial atención al control de calidad de sus cámaras. Por ejemplo, lleva a cabo pruebas de impacto en los modelos antivandálicos para asegurarse de que los golpes externos pueden ser absorbidos hasta estándares incluso superiores a IK10. En Panasonic, las cámaras para exteriores se someten a pruebas específicas que incluyen el contacto con el agua ya en la fase de producción, y se diseñan para garantizar que puedan soportar condiciones climáticas extremas. A continuación, se inspeccionan cuidadosamente mediante rayos X para detectar cualquier defecto en el hardware y, una vez enviadas al mercado, una prueba de tambor giratorio hexagonal confirma que el embalaje es perfecto y que las cámaras pueden transportarse con seguridad hasta su lugar de instalación. Las pruebas de vibración también garantizarán que las cámaras mantengan su enfoque aunque se instalen en lugares donde puedan sufrir sacudidas, como los puentes.
El tiempo es oro
Centrémonos en las fases iniciales de instalación y configuración de un sistema de seguridad y miremos más allá de los requisitos de hardware para tener una visión más amplia del apoyo que creemos que los proveedores de soluciones de seguridad deberían poder ofrecer hoy en día. Una vez que las cámaras salen de la fábrica y llegan al lugar de instalación, los pasos y procesos de desembalaje, configuración y colocación de los dispositivos pueden llevar mucho tiempo. Imagina que tienes que gestionar la instalación de 1.000 cámaras y tienes que desembalarlas y volver a embalarlas todas, por ejemplo, incluso si tardas un solo minuto por caja en el mejor de los casos, se trata de una enorme pérdida de tiempo. Por eso, es esencial proporcionar a todas las cámaras un embalaje «Easy Kitting» que haga que el proceso de configuración sea lo más sencillo y eficiente posible cuando lleguen a su destino. Este tipo de embalaje requiere que la caja tenga una ventana de apertura, lo que permite a los técnicos conectar simplemente un cable para configurar las cámaras sin tener que desembalarlas antes de enviarlas al punto de instalación.
Además, Panasonic ofrece una solución completa para configurar varias cámaras IP simultáneamente y evitar los errores de configuración que pueden producirse con la manipulación manual. La herramienta de configuración i-PRO facilita la configuración de las cámaras de red, los grabadores IP y los codificadores de vídeo al permitir el acceso por lotes a los dispositivos en el momento de la configuración inicial o de la actualización del firmware, y también proporciona una lista completa de todos los dispositivos y la configuración de las direcciones IP para facilitar los procesos. La combinación de Easy Kitting y la herramienta de configuración i-PRO (iCT) también proporciona el valor añadido del ahorro de horas de trabajo.
Una vez terminada la fase de instalación, los costes de mantenimiento de un sistema de cámaras de seguridad pueden superar rápidamente el precio de compra inicial, y este es el caso cuando el mantenimiento de las cámaras lleva mucho tiempo. Por eso, es aconsejable elegir y analizar cuidadosamente las características y especificaciones de las cámaras antes de comprarlas para minimizar la necesidad de mantenimiento con el tiempo. El simple hecho de mantener el objetivo de la cámara limpio y libre de suciedad y polvo puede suponer una auténtico ahorro de tiempo. Hay características específicas diseñadas para minimizar estos requisitos. Una de estas características es el recubrimiento especial hidrofílico autopurificador -llamado ClearSight Coating- que en Panasonic se aplica a la cúpula exterior de sus cámaras para proporcionar una capa protectora invisible contra el polvo y la suciedad. El revestimiento, que dura al menos 7 años, permite que el agua de lluvia se escurra directamente por la superficie, en lugar de formar gotas a las que se puede adherir la suciedad, y no requiere ninguna acción durante el montaje y la instalación. Este tipo de revestimiento proporciona a las cámaras una mejor visibilidad incluso bajo la lluvia, o de noche (cuando se combina con la visión infrarroja), y evita la acumulación de suciedad, lo que supone un menor mantenimiento y un importante impacto en términos de ahorro de costes, sin comprometer la nitidez y la calidad de la imagen. Además del agua de lluvia, otra causa de los fallos de las cámaras de seguridad puede ser la condensación de la atmósfera que se acumula en el interior y oscurece la lente. Tradicionalmente, se utilizan cristales de humedad o paquetes de gel para absorber las gotas de agua, pero incluso éstos se saturan con el tiempo. Para superar este problema, Panasonic ha diseñado unos deshumidificadores especiales que se instalan directamente en todas las cámaras de exterior en la fábrica. El dispositivo funciona durante toda la vida del producto, separando los átomos de hidrógeno y oxígeno dentro de la semiesfera, dispersando el hidrógeno a través de una membrana transpirable. Esto mantiene el nivel de humedad en el interior al mínimo y evita la condensación en la tapa y en la lente. Esta tecnología basada en la electrólisis no utiliza calentadores ni ventiladores, por lo que es segura y respetuosa con el medio ambiente.
La ciberseguridad
A la hora de elegir las cámaras de vídeovigilancia hay que prestar atención a dos cuestiones importantes: el peligro de los ciberataques, por un lado, y la protección de los datos personales según el reglamento GDPR, por otro. Garantizar que la integridad y la seguridad efectiva del sistema se mantienen en el tiempo es la norma. La creciente amenaza de los ciberataques puede dejar fuera de juego sistemas de seguridad imprescindibles para algunos contextos empresariales, y lo mismo ocurre con la pérdida de datos personales que generan este tipo de ataques, que pueden llevar a una empresa a recibir importantes sanciones según la normativa europea GDPR.
Por lo tanto, un sistema de vanguardia debe garantizar que la amenaza de ataques y pérdida de datos se minimice realmente. En Panasonic, por ejemplo, hemos eliminado todas las contraseñas por defecto de los productos de seguridad, lo cual no es en absoluto sorprendente dado que las contraseñas más utilizadas a nivel mundial siguen siendo totalmente inseguras, como 12345 o admin… El firmware de las cámaras y grabadores i-PRO está encriptado de forma segura, lo que mitiga el riesgo de intrusiones no deseadas con fines de análisis de vídeo. Teniendo esto en cuenta, hemos desarrollado Comunicaciones Seguras, la plataforma de protección contra la manipulación, la alteración, la suplantación y el espionaje de vídeos. También trabajamos con un proveedor líder de certificados y tecnologías para la detección y el análisis de ciberataques con el fin de ofrecer el máximo nivel de protección para todos los sistemas de videovigilancia
El futuro
IHS Markit prevé que en 2021 el número total de cámaras de seguridad instaladas en todo el mundo alcanzará aproximadamente los mil millones. Con estas cifras en mente, en Panasonic tienen la intención de equipar las cámaras con capacidades de inteligencia artificial aprovechando una plataforma abierta de nueva generación, confiando en que esto cambiará la percepción de los clientes y consumidores, dando lugar a numerosos beneficios y limitando así la visión negativa que aún existe de estos dispositivos.
La capacidad de adaptar las cámaras a las diferentes necesidades de la empresa, entre otras cosas, es cada vez más importante. Acontecimientos como la pandemia de la COVID-19 han demostrado el valor añadido de los sistemas de seguridad flexibles que pueden adaptarse a las nuevas necesidades sin afectar demasiado a los costes. Panasonic ha diseñado su nueva serie i-PRO X con capacidades de IA integradas, que pueden ejecutar tres aplicaciones de AI diferentes al mismo tiempo. Este tipo de aplicaciones de cámaras inteligentes son la base de una nueva generación de procesos industriales automatizados, supervisados y controlados por sistemas impulsados por la AI. Con su SDK abierto, cualquier desarrollador puede trabajar en sus propias aplicaciones para ejecutarlas en las cámaras, capturando imágenes con la máxima calidad y permitiendo una completa personalización del sistema de seguridad.
Todo esto respalda una visión estratégica que cambia el enfoque de confiar en las cámaras de seguridad a nivel reactivo, a utilizar la AI y las cámaras de forma proactiva, específicamente para prevenir incidentes (por ejemplo, mediante la supervisión de las violaciones del cumplimiento de las directrices de salud y seguridad de la empresa para los trabajadores, en lugar de informar de patrones de comportamiento sospechoso antes de que se produzcan incidentes). Las oportunidades de aplicación de este tipo de enfoque tecnológico son infinitas, y van desde el transporte, a la vigilancia de las ciudades, pasando por la logística, la agricultura, la salud, la fabricación, el comercio minorista, con impacto también en el consumo de recursos energéticos, etc.
En definitiva, hay múltiples factores a tener en cuenta a la hora de comprar un sistema de cámaras de seguridad. No se trata sólo del precio. La calidad y fiabilidad de la construcción, la facilidad de instalación y mantenimiento, el enfoque de la ciberseguridad y la flexibilidad del sistema a prueba de futuro deben considerarse factores esenciales y estratégicos. Sólo si se tienen en cuenta todos estos elementos, una empresa puede estar segura de que va a adquirir una solución de cámaras de seguridad que realmente aporte valor al negocio.